¿Alguna vez has tenido un sueño en el que ves a un ser
querido ya fallecido? Seguramente que sí, pero, ¿en el contexto de ese sueño
con ese ser querido, alguna vez notaste algo raro? Cuando digo algo raro, me
refiero a alguna sensación de inquietud, como de que algo no cuadra,
generalmente producida cuando le ves el rostro, particularmente a los ojos. Se
trata de una sensación que te dice que ese familiar o amigo que estás viendo, realmente
no es quien aparenta ser, lo cual puede tornar un sueño que al principio era normal, y hasta agradable, en una pesadilla macabra.
En mi caso, puedo recordar dos sueños con el mismo familiar
en los que pude sentir esta “situación
extraña”. En el primero, yo estaba en la sala de estar de la casa familiar, en
un ángulo que me permitía ver hasta el fondo del pasillo, donde está su
habitación. De repente, veo que se abre la puerta y que asoma la cabeza,
lentamente, tímidamente, como quien no quiere ser notado. En ese momento los sentimientos
fueron encontrados porque, si era realmente ella, ¿por qué esconderse, por qué
esa extraña actitud? No obstante, pude ver la expresión de su rostro, de sus
ojos, que me pareció que eran algo así como traviesos. Pero luego, me dije:
¿traviesos, o burlones?
La piel se me eriza al recordar estos episodios. En el
segundo sueño que recuerdo, yo estoy en su habitación y la veo acostada en su
cama, semi-arropada. Está descansando y su rostro está congestionado, como si estuviera
convaleciente de alguna enfermedad. Al acercarme a la puerta de la pieza y
lanzar la mirada a la sala de estar, ¡sorpresa!, la veo a ella misma sentada en
una butaca, mirándome con unos ojos que luego interpreté como de descaro y
agresividad. Era como si me dijera, “aquí estoy, yo sé que sabes que soy un
impostor, qué vas a hacer al respecto”. Después de investigar un poco y
consultar con gente entendida en estos asuntos, la conclusión fue que lo que
había visto en mis sueños no era realmente mi familiar, sino una entidad
negativa que estaba en esa casa y que había quedado al descubierto.
Este preámbulo era necesario antes de hablar de las
entidades alienígenas que, para ser más precisos, podemos clasificar en seres
intra-terrenos, inter-dimensionales y extra-terrestres. También, la
introducción viene a cuento debido a un hecho fundamental: a estas razas de
seres no humanos podemos dividirlos en dos grandes grupos: aquellos que quieren
ayudar en nuestro proceso evolutivo, seres benefactores que han contactado con
muchos seres humanos; y aquellos que quieren lo contrario, los malos de la película, los que quieren mantenernos en una situación de control-esclavitud por
medio de manipulaciones de todo tipo, y que son conocidos en el mundo esotérico, la teoría de la conspiración y la ufología como los “reptilianos”. Estos
últimos llevan mucho tiempo aquí, y serían las entidades que realmente dirigen
los hilos del poder detrás de las élites que trabajan para ellos.
Este es un tema demasiado largo y no es el propósito de este
artículo. Por ahora, destaquemos que son seres psíquicamente poderosos, con el
poder incluso de hacerse pasar por seres de luz benefactores de la humanidad.
Este último es un factor clave, en un contexto en el cual mucha gente está
cobrando consciencia de los controles que ejerce la matrix, y donde los
contactos y avistamientos se están incrementando notablemente. Muchos sitios
web de noticias, y no solo las que tienen un perfil “conspiranoico”, lo vienen
confirmando, y son varios los elementos que confirman que nosotros, los seres
que habitamos en la tercera dimensión de la tierra, estamos en medio de una batalla inter-dimensional
entre “dioses”, “entidades”, donde los seres negativos en algunos casos se están
haciendo pasar por quienes no son, para manipular a todos aquellos que de
alguna forma descubrieron su poder y se están desconectando.
Si leíste los dos artículos anteriores, ya sabes que estas
reflexiones parten de un postulado que en realidad es una certeza: los
extraterrestres están entre nosotros, siempre lo han estado y tienen tiempo
dejando sus mensajes de liberación con “contactados” que han escogido para su
difusión. En lo personal, he notado que existen en realidad muchos más
contactados de los que se conocen oficialmente, y que ahora estamos viviendo un
proceso evolutivo, de cambio vibracional, que está permitiendo que el público
lo vaya asimilando y que este tipo de experiencias se estén multiplicando. Bien
pero, considerando lo que hemos dicho más arriba, ¿cómo distinguir, llegado el
momento de un contacto o canalización, a los benefactores de los sometedores que viven del miedo y el dolor?
En entrevista con Johannan Díaz, la contactada española SolAhimsa aporta elementos clave para responder a esta pregunta. “Tenemos que
aprender a identificar los que son de vibración positiva, y los que son
depredadores que también los hay y que se hacen pasar por los buenos”, señala.
Por ejemplo, menciona a la conocida raza reptiloide de los draconianos que
proviene de Maya, en las Pléyades, que se hacen pasar por los pleyadianos
humanoides “que nosotros conocemos como rubios y de ojos azules (“nórdicos”, y
también “blancos altos”), que forman parte de un conjunto de razas benefactoras
que provienen de esta constelación. Ahimsa enfatiza sobre la necesidad de
aprender a identificarlos para evitar manipulaciones, las cuales suelen
deslizar subliminalmente en los “mensajes” que suelen dejar. “Te ponen unos
mensajes edulcoradísimos, una cosa preciosísima y luego cuando los analizas
dices: ¿Dios mío qué me han dicho?”.
“La única manera de saber si una entidad es positiva o no lo
es, no es viéndoles, es sintiéndoles”
De esta manera, la clave para lograr la distinción está en
el discernimiento. Así, más que pensar, lo importante es sentir, “intentar
conectar con la psique que nos está comunicando el mensaje”. Es verdad que el
camuflaje holográfico puede ser muy convincente por un tiempo prolongado, pero
la vibración, la energía, que es lo que somos todos, no la pueden esconder por
mucho tiempo. Dice Ahimsa que, “Es como
una persona cuando le miras a los ojos, te puede engañar un rato pero si sigues
insistiendo al final te das cuenta de que hay algo que no engancha”.
Esta reflexión coincide completamente con la opinión de lacontactada mexicana Sarita Otero, quien directamente dice que “si los ves a los
ojos, se nota. Si se quieren disfrazar de ángel, nada más velos a los ojos, es
una mirada muy fea”.
Para estos menesteres, así como para todas las cosas
importantes de la vida, lo esencial sigue estando invisible a los ojos. De ahí,
la importancia de aprender a sentir en una sociedad que, no casualmente,
entroniza el pensar y aún considera como lo “real”, solo aquello que puede
“ver” con los ojos.
Así las cosas, si piensas participar en un grupo de contacto
y establecer conexiones con estos u otros seres, como dice Ahimsa es
conveniente aprender a canalizar de forma segura, para poder conectarse de
forma segura. ¡Ah! y muy importante, si sueles soñar con familiares o entes
“angelicales” que te dicen cosas o dejan mensajes, piénsalo bien; pero sobre todo pon atención y, siéntelo bien.
Amaury González V.
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