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sábado, 22 de diciembre de 2012

Las 7 profecías mayas, Hugo Chávez y el Pachakuti

Los profesionales de la inteligencia no encontrarán el camino de la fe; lo encontrarán las multitudes”. José Carlos Mariátegui

De acuerdo al asombroso Calendario Maya, una vieja era se extingue y otra comienza, proceso cósmico que sugiere que estamos en una suerte de crisis orgánica, con la diferencia de que lo que muere morirá indefectiblemente y el nacimiento de la nueva era sobrevendrá, a pesar de los los incrédulos y discípulos del racionalismo.

Se ha especulado a lo grande con el tema de las profecías mayas, y la gran “industria cultural” no ha dejado pasar la oportunidad para capitalizar una incertidumbre que como siempre, resulta rentable. En los últimos años, y con mayor fuerza en los últimos meses, se han venido difundiendo versiones apocalípticas de las profecías mayas que han alimentado la idea de un supuesto fin del mundo, supuesta catástrofe que si bien es más factible que ocurra debido a la irracionalidad del ser humano que por el choque con el planeta de algún asteroide perdido, ha generado una serie de nerviosismos entre los grupos más crédulos y desinformados.

El fin del mundo vende un mundo

Un ejemplo de esta incertidumbre lo encontramos entre los peregrinos del cerro Uritorco, ubicado en la provincia de Córdoba, Argentina. El Uritorco, es conocido por ser un sitio asociado a actividades esotéricas y un lugar privilegiado para el avistamiento de ovnis, sin embargo, una particular interpretación de lo que ocurrirá el 21 de diciembre generó en las redes sociales una convocatoria para un “suicidio espiritual mágico” en la cima del cerro. Lo preocupante del asunto, es que, a pocos días de la llegada del mágico día, 150 personas habían confirmado su asistencia. Esto bastó para que las autoridades cerraran el acceso a la montaña durante el particular día del solsticio de verano.

Para el arqueólogo Eduardo Matos, estudioso de las construcciones y de la cultura maya, este particular catastrofismo es producto de la ignorancia, de una excesiva credulidad, del incontinente amarillismo y del célebre y desmedido afán de lucro. Una lectura similar la ofrece Alfredo López Austin, historiador experto en religión mesoamericana y en pueblos indígenas de México, quien afirma que “si a un dato curioso del calendario maya se le agrega el amarillismo y mercantilismo de los medios masivos, un notable nivel de ingenuidad generalizada y muchas ganas de aceptar lo maravilloso, lo inexplicable y lo catastrófico, se forma un cóctel complejo”.

¿Pero, que es lo que dicen las 7 profecías mayas, y qué es lo que pasará este 21 de diciembre?

El mundo indígena de Nuestramericano en general espera la llegada del día 21 para celebrar el advenimiento de una nueva era, aunque el nombre y los rituales varíen dependiendo del pueblo. Para la tradición quechua y Aymara, de la cual proviene el presidente boliviano Evo Morales, estamos viviendo el día del Pachakuti o “tiempo nuevo”, el cual será recibido por líderes políticos y religosos, personalidades y organizaciones sociales de todo el mundo en la ceremonial y mítica Isla del Sol, ubicada en el sector boliviano del impresionante Lago Titicaca.

Este tiempo nuevo estaría dejando atrás el “Tiempo del no”, la era del egoísmo, del individualismo y de la “suma cero”. Se trata del día del “Pacha”, el cual será festejado por igual por los mayas guatemalteco-mexicanos, los mapuches chileno-argentinos, los chibchas colombianos y los quechuas ecuatorianos, entre otras naciones de la región.

Es así como este viernes 21, los indígenas bolivianos, entre ellos Morales y su canciller aymara David Choquehuanca, liderarán las ofrendas de advenimiento a la “Pacha” y de despedida de “Macha”, era referida al tiempo del egoísmo y la obscuridad que se había enseñoreado, según la tradición difundida por los amautas y chamanes indígenas locales, desde el 12 de octubre de 1492, momento en el que comenzaría la “larga noche de los quinientos años”.

Como proclamó el canciller indígena Choquehuanca, quien es uno de los más prominentes filósofos indígenas, desde el Lago Sagrado ―el lago Titicaca― “debemos proyectar la Pacha, la cual se refiere a la hermandad, el amor, la convivencia en comunidad, la integración, la esperanza, la complementariedad; el despertar de la conciencia.

Lo que dicen las profecías mayas

En términos generales, las profecías que los mayas dejaron inscritas en piedra, constituyen un mensaje de alerta y esperanza, un llamado a la reflexión, que nos habla de los cambios que debemos operar en nosotros mismos para guiar a la humanidad hacia una nueva era de armonía, cambios que transformarán al planeta y a los seres humanos, y que inaugurarán una nueva era de luz: “la era de la mujer, la era de la madre, la era de la sensibilidad”.

Las siete profecías, de acuerdo al portal 21diciembre.bo, son las siguientes:

Primera: el 21 de diciembre se llega al fin de un ciclo cósmico de 5.125 años ―de la cuenta corta―, y al fin de un ciclo de 25.625 años ―de la cuenta larga―. Esta profecía habla del fin de la era del terror basada en el dogma de la auto-culpabilidad, el concepto falso del pecado y el miedo a la muerte. Para prepararse y poder ver la llegada del nuevo mundo, la humanidad ha de prepararse para este cambio, los hombres han de conocerse a sí mismos y armonizarse con la naturaleza y la galaxia.

En esta primera profecía se habla del tiempo del no tiempo, periodo que abarca los 20 años anteriores al 2012. Durante los primeros 7 años, del 1992 al 1999, la humanidad entraría en una época de grandes aprendizajes, durante los 13 años posteriores la humanidad se enfrentaría a una época de oscuridad y donde se tiene que tomar la consciencia de unidad cósmica.

Segunda: a partir del eclipse de Sol del 11 de agosto de 1999, la humanidad cambiará radicalmente, y se refiere a los últimos 13 años previos al 2012, tiempo en que los seres humanos hemos de enfrentarnos a nuestros miedos y odios, y hemos de elegir el camino entre el bien y el mal. La percepción del tiempo parecerá acelerarse ocasionado en nosotros la incertidumbre, el stress, agotamiento, ira, falta de entendimiento, todo lo cual comenzará a cambiar a partir del 21 de Diciembre del 2012.

Tercera: El aumento global de la temperatura del planeta, lo cual producirá grandes catástrofes sobre el planeta. Esta profecía habla del aumento de la actividad solar y telúrica, del aumento del campo shuman y de la disminución del halo electromagnético de la tierra. Sobre esta profecía, recordemos que este fue el año del deshielo de parte considerable de la superficie de Groenlandia, y que en los últimos años la actividad telúrica ha sido frecuente, incluyendo varios terremotos de alto grado.

Cuarta: Derretimiento de los polos debido al aumento del calor en el planeta, lo cual sumergirá progresivamente áreas costeras y luego zonas más elevadas. Ya se está viendo.

Quinta: Esta profecía habla de la crisis del sistema económico mundial y de su inminente colapso, lo cual se empezó a verificar desde 2008 con la explosión de la burbuja inmobiliaria, y que tendrá consecuencias en otros órdenes sociales.

Sexta: Esta profecía habla de nuevos fenómenos naturales, fenómenos estelares, la aparición de nuevas enfermedades y de un “colapso tecnológico”.

Séptima: En este caso tenemos, más que una profecía, un mensaje que nos dice que durante los 13 años previos al 2012, el ser humano tendrá la oportunidad de cambiar su pensamiento, encontrar la paz interior y tener una “conciencia cósmica unitaria”. Asimismo, nos habla de un nuevo tiempo-espacio donde podremos vivir en paz, basándonos en leyes, ciencias y saberes comprometidos con el cuidado de la Madre Tierra, en una economía solidaria, con relaciones justas y equitativas, tolerancia y el “gobierno de la justicia”.

Hugo Chávez, el Programa de la Patria, los aymaras y el socialismo

¿Qué tiene que ver el fin de este milenario ciclo cósmico y el comienzo de la nueva era de armonía y paz para la humanidad con el II Plan Socialista de la Nación? Desde nuestra perspectiva tiene mucho que ver, si nos detenemos unos segundos y recordamos que hay un proceso político y un líder Nuestramericano y mundial, que se convirtió en el principal motor, la principal fuerza y el gran faro de la emancipación y la unidad de los pueblos de la región latinoamericana: ese proceso es la Revolución bolivariana, y ese líder se llama Hugo Chávez.

Es cierto que el debate sobre el socialismo y el buen vivir en Venezuela ha tenido un matiz distinto a la lucha de los quechuas y aymaras por el socialismo y el buen vivir, matiz que tiene que ver con la influencia que el eurocentrismo ha tenido en nuestra cultura, históricamente influenciada por los estilos de vida estadounidenses, asociados a la modernidad capitalista en la era del imperialismo. No obstante, el carácter de la lucha política en Venezuela y los valores trascendentes que ha enarbolado el liderazgo bolivariano y particularmente el presidente Chávez, son los mismos que están en la base de la era que hoy se inaugura no sólo para los quechuas o aymaras, sino para toda la humanidad.

En otras palabras, en la oposición entre Macha y Pacha, entre el fin de una y el comienzo de la otra, se observa también la oposición entre el capitalismo en su versión neoliberal y el socialismo indoafroamericano, entre la debacle de aquel y el alba de este. La era que termina, como mencionamos antes se identifica con el “Tiempo del no”, con la era del egoísmo, del individualismo y de la “suma cero”, una era de guerras y oscuridad que se “enseñoreó” por quinientos años pero que ha tocado a su fin en este nuevo amanecer para la humanidad. A estos valores, por cierto muy propios de una modernidad capitalista responsable del proceso de la racionalización de todos los aspectos de la vida y de la emergencia del hombre como el centro y el fundamento de todo orden y conocimiento en el mundo, separado de lo espiritual, de lo natural y trascendente, se oponen los valores de la Pacha, la cual se refiere a la hermandad, el amor, la convivencia en comunidad, la integración, la esperanza, la complementariedad y el “despertar de la conciencia”. Añadamos también la solidaridad, la cooperación, la justica y la igualdad, y tendremos, junto a la concepción aymara del Buen vivir, el más puro y necesario socialismo indoamericano, tal como lo concibiera el Amauta Mariátegui.

Sin dudas, es este socialismo el que está planteado en el Programa de la Patria presentado por el Comandante Hugo Chávez “como alternativa al sistema destructivo y salvaje del capitalismo y con ello asegurar la “mayor suma de seguridad social, mayor suma de estabilidad política y la mayor suma de felicidad” para nuestro pueblo”, tal como lo establece el segundo gran objetivo histórico. Evidentemente, conjugar un lenguaje trascendente, mítico-religioso, con la gramática laica y el discurso político revolucionario, nunca ha formado parte de las tareas más preciadas de los científicos sociales, los cuales llevan en su propia definición un importante hándicap para la comprensión de los tiempos que actualmente vivimos, a los que hay que sumar, a parte de la filosofía política secular, algunos elementos propios de otras filosofías políticas no occidentales, no separadas de lo natural y lo divino y que, como en este caso, incluyen una gama de saberes que conforman un “pensasiento”, que a su vez forma parte de un “cosmocimiento” (como dice Choquehuanca).

Esta relación da para mucho más, por ahora, digamos que Hugo Chávez, como líder continental, ha sido desde 1999 el gran mensajero del advenimiento de los nuevos tiempos, un guerrero que removió de la profundidad de esta tierra mágica y milenaria, la gran potencia revolucionaria que alberga, además de una profunda sabiduría ancestral expresada en los Guerreros del Arcoiris, los cuales “serán la clave para la supervivencia de la humanidad”.

Publicado en Poderenlared.com el 21 de diciembre


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