Dice el diccionario de la Real Academia del vocablo oxímoron: Combinación en una misma estructura sintáctica de dos palabras o expresiones de significado opuesto, que originan un nuevo sentido; p. ej., un silencio atronador. La definición resulta, como lo son las que ofrece el libraco real, estilizada y aséptica. Y es que, cuando se trata de poesía, de literatura, de ficción, todo está permitido y esta combinación de palabras con sentido opuesto puede dar lugar a nuevos y refulgentes sentidos; no así cuando se trata de conceptos referidos a formas de organización social o a toda una visión de mundo.
La audacia demagógica de la precandidata de la MUD, al proponer la ya más o menos vieja mentira del “capitalismo popular”, parece desafiar uno de los últimos artículos de Luis Britto García, intitulado Neolingua. En esa pieza, Britto comienza ofreciendo variedad de ejemplos de estas frases que, fuera de la poesía, se convierten en puro artificio volteador del lenguaje, yendo más allá de la frontera del eufemismo y lo políticamente correcto. Es así como se pretende que haya un “imperialismo humanitario”, “holocaustos bienhechores”, “agresiones pacíficas” que seguramente vienen del “fuego amigo”, cosa emparentada con el “bombardeo filantrópico”, que producirá “males buenos” como el “genocidio vivificante” o el “exterminio saludable”. Pero no hay que alarmarse, porque de lo que se trata en el fondo es de una “destrucción edificante” que producirá una “devastación creadora”.
Es así como una de las últimas obras de Eduardo Galeano, lleva un nombre que refleja el espíritu de la época en que al parecer vivimos: Patas arriba. La escuela del mundo al revés. Lo del “capitalismo popular”, aparte de ser una vieja mentira enarbolada en su momento, entre otros personajes, por Margaret Thatcher, es también un “enunciado que expresa o que contiene una inviabilidad de orden racional”, es decir, una aporía. Es una irracionalidad, un irrespeto a la inteligencia de un pueblo que, si bien sabe que aún vive en el capitalismo, comprende que es el sistema que tiene pasando hambre a una considerable parte del mundo, el que ha provocado tres guerras mundiales, las guerras de Irak, Afganistán y Libia, el saqueo de África, entre otras perlitas, además de ser el sistema que tiene “indignados” a los pueblos de los regiones más capitalistas del mundo.
De ahí que puedan percibirse resabios de demagogia cuartarrepublicana en la funambulesca expresión “capitalismo popular”, frase que por otra parte no deja de recordar las propuestas aquellas de la tarjeta Mi negra, la de estudiar una carrera paga en una universidad paga, o la de que todos podríamos montar, luego del efecto derrame, una venta de helados. De tal manera, la visión de la pre candidata es llenar al bulevar de Sabana Grande de juan chicheros o, también, hacer del pueblo una sociedad de propietarios donde cada uno sería dueño de su propia miseria. Lo más opaco de tal discurso, sin embargo, es que parte de una falsa premisa, afirmando que la Venezuela de hoy es comunista o socialista, y yo lo que sé, si no que alguien me corrija, es que Venezuela ha logrado emanciparse en el marco del capitalismo, rentista y regulado por el Estado, pero capitalismo, donde se ha logrado distribuir mejor el ingreso en el marco de la recuperación de la soberanía por parte del movimiento político bolivariano, y donde mucha gente, más que en toda la historia del país, se ha hecho propietaria de su tierra, de su techo, de su carro, de su moto y de su destino.
Finalmente, lo que parece manifestar el discurso del “capitalismo popular” es una defensa anticipada de la propiedad privada de los medios de producción, la independencia del individuo frente al Estado, la tecnificación de la sociedad, la fragmentación de la comunidad y una defensa extemporánea del mercado en detrimento del papel central del Estado como actor e interventor central en la realidad social. Liberalismo trasnochado y cínico, porque ni siquiera la tercera vía pues…
@maurogonzag
No sé a quién piensa tomar desprevenido esta señora con su discurso chambón. Ella dista mucho de ser funámbula; ella es todo lo contrario.
ResponderEliminar¿Que muchos la respaldan por coincidencias crematísticas? claro que sí. Dudo enteramente que sea porque su discurso de ella les impresione o convenza.
Saludos
Gengelis