Oscar Schemel, de Hinterlaces |
El estudio se basó en entrevistas realizadas a 1500 personas de ambos sexos, mayores de edad, de todos los niveles socioeconómicos e inscritas en el registro electoral. La cobertura fue tanto urbana como rural, con un 2.7% de error muestral.
Schemel inició su exposición haciendo algunas precisiones metodológicas sobre el trabajo de campo, afirmando que mientras más grande es la muestra se reduce el error muestral, y destacando que lo importante es que la muestra sea representativa de la población objeto de estudio.
También hizo énfasis en el hecho de que el estudio cuyos resultados estaba presentando, no considera el impacto que pudieron tener los hechos acaecidos el 25 de agosto en la refinería de Amuay, anunciando que en un próximo estudio mostrarán cómo los recientes “hechos extraordinarios” pudieron haber afectado la “psiquis colectiva y el comportamiento electoral”.
El director de la “Empresa de inteligencia y opinión pública” Hinterlaces, viene haciendo referencia en sus investigaciones a la importancia que los componentes emocionales tienen para los estudios de opinión y preferencias políticas. En este sentido, Schemel hizo alusión a un estudio realizado por el Banco Mundial, en el que preguntaron a 60 mil pobres de 60 países, qué era lo que más les dolía de ser pobres.
Schemel, creando expectativa en torno a los resultados del estudio, y como quien revela una verdad subestimada por la ciencia oficial y de gran importancia socio-cultural, contó que la respuesta que dieron los pobres sobre lo que más les duele nada tenía que ver con el hambre, sino con la mirada de desprecio de los ricos.
Seguidamente, Schemel afirmó, en tono sentencioso, que “el país cambió, viene cambiando desde hace por lo menos 20 años, agregando que “ha surgido una nueva emocionalidad social, otra sensibilidad, una nueva cultura política”. “Aquí hay ingredientes culturales y componentes sociales que van más allá de la gestión del gobierno y de las valoraciones racionales”, completó Schemel en su interés de hacerse entender respecto a un tema que pudiera parecer muy abstracto, y sobre todo para ilustrar lo que calificó como “paradoja política”, y que estaría caracterizando el estado actual de opinión pública en Venezuela.
Cabe destacar la alusión constante a nuevas gramáticas, al discurso moral y los componentes afectivos, “casi religiosos”, que caracterizarían la relación de Chávez con las masas populares. Recordemos que Schemel ha señalado con reiteración, que una de las debilidades del candidato opositor frente a Chávez, es la ausencia en el de un “discurso moral”, debilidad que llevó al analista a calificarlo, hace unos meses, como una especie de “Jardín sin flores”.
En este sentido, Schemel afirmó que el liderazgo de Chávez no es estrictamente político sino principalmente socio-afectivo, un liderazgo carismático-religioso. Sin embargo, nos parece importante dejar claro o, llamar la atención, sobre el hecho de que el liderazgo de Chávez no se ha sustentado sólo en el discurso; no todo es magia en el apoyo de la mayoría del pueblo venezolano a Hugo Chávez.
Es decir, es cierto que hay una identificación de clase entre Chávez y las mayorías populares del país, que hay lazos efectivos, políticos y culturales. Pero, aunque los componentes emocionales sean de importancia central en todo proceso sociopolítico, decir que el apoyo a Chávez se basa exclusivamente en factores subjetivos, a elementos de su discurso, sería calificarlo, desde el lugar teórico que utiliza esta palabra en un sentido despectivo, como una especie de amoroso populista.
Ahora bien, la fuerte presencia de componentes afectivos-emocionales en la valoración de la gestión bolivariana, según Schemel es proporcional al desprecio social consuetudinario que a lo largo de la historia padecieron los pobres en Venezuela, una idea planteada en distintos espacios de reflexión surgidos al calor del proceso, aunque expresada de otras formas. Convendría profundizar en esta idea.
Estos son los resultados del último estudio hecho por Hinterlaces:
- 57% piensa que su situación está bien o mejor que el año anterior
- 52% se identifica con los ideales del presidente Chávez, (Discurso moral-trascendente) 31% con Capriles (Discurso racional)
- 45% piensa que las mejores ideas para combatir la inseguridad las tiene Chávez, 37% Capriles
- 51% piensa que Chávez tiene las mejores propuestas para crear empleo
- 51% piensa que Chávez tiene las mejores propuestas para combatir la inflación, 36% Capriles
- 62% piensa que Chávez tiene las mejores propuestas en materia de vivienda
- 55% piensa que Chávez tiene las mejores propuestas para impulsar la economía
- 53% piensa que Chávez tiene las mejores propuestas para mejorar los hospitales
- 56% piensa que Chávez tiene las mejores propuestas para mejorar la educación
- 56% piensa que Chávez tiene las mejores propuestas para garantizar independencia
- 50% piensa que Chávez tiene las mejores propuestas para garantizar la paz y la estabilidad en Venezuela
- 55% Cree que el candidato Chávez beneficiaría más a la clase media
- 42% piensa que es cierto que Capriles beneficiaría más a los empresarios que a los trabajadores, 44% piensa que es falso
- 43% piensa que es falso que Capriles como presidente beneficiaría sólo a los ricos
- 67%, 2 de cada 3 venezolanos valora como regular, buena o muy buena gestión de Chávez
- 49% la valora de buena o muy buena
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Terminada la presentación de los resultados, Schemel retomó las reflexiones iniciales, afirmando apodícticamente que “la gente no vota por un programa político, sino por una identificación”.
Conviene tomar en cuenta, que estas afirmaciones están sustentadas en los resultados de las investigaciones que viene realizando Hinterlaces desde hace diez años, y en los rasgos particulares que ha adquirido la opinión pública venezolana en los últimos años, y que se reflejan en sus estudios.
Evidentemente, los resultados de este nuevo estudio realizado por Hinterlaces reflejan la indiscutible victoria que obtendrá el presidente Chávez en las venideras elecciones, aunque lo interesante de los resultados, nos parece, radica en los aspectos cualitativos que allí se destacan, en los elementos que constituirían el por qué de los números, y las implicaciones que puede tener este por qué, en el proceso de construcción de una sociedad socialista en Venezuela.
En este sentido, Schemel puntualizó que la intelectualidad cercana a la oposición ha subestimado los factores emocionales, subjetivos, los vínculos afectivos, en la relación Chávez-sectores populares. Esta crítica, agregamos nosotros, resulta extrapolable a un sector de la intelectualidad cercana al proceso bolivariano, para el cual los factores subjetivos “idealistas”, no tienen mucha relevancia en la comprensión del fenómeno chavista, y menos para el propósito de construcción del socialismo.
Un dato interesante que arrojó el estudio, tiene que ver con los encuestados que dijeron que irían a votar. De estos, un contundente 86% dijo que iría a votar el 7 de octubre, el mismo porcentaje de los que votaron por Chávez en el pasado simulacro. En intención de voto, Chávez aventaja a Capriles en 18 puntos porcentuales, una brecha que se ha venido consolidando en los últimos meses.
Amuay, focus group y la lucha de clases
Schemel, quien fue uno de los que habló de la probabilidad de ocurrencia del “hecho extraordinario” que impactaría en las encuestas, reveló que los eventos de Amuay sí tuvieron efectos en el comportamiento electoral, adelantando que se redujo la brecha entre ambos candidatos, que se ha mantenido en los últimos meses en 20 puntos porcentuales aproximadamente.
Sin embargo, la tendencia hacia la victoria del presidente Chávez sigue siendo irreversible, y Schemel lo dejó claro: “El escenario electoral más probable es el triunfo del presidente Chávez”, lo que está por verse es la brecha que sacará”. En este sentido, informó que será el próximo 27 de septiembre cuando expondrá con toda la precisión cuál fue el impacto de la tragedia de Amuay en “la psiquis colectiva” y el “comportamiento electoral”.
Finalizada la exposición de los resultados del último “Monitor país”, el director de Hinterlaces presentó una serie de testimonios de personas de distintos estratos sociales, en los que estas responden a distintas preguntas sobre temas económicos y políticos.
Gente expresando sus ideas sobre el socialismo y sobre el capitalismo, sobre la riqueza y la pobreza. Por razones de espacio, destacaremos solo las afirmaciones de una de las entrevistadas, quien afirma que los pobres no tienen nada en contra de los ricos, porque reconocen que ellos son ricos porque “trabajaron mucho”, y lo que ellos quieren es tener las mismas oportunidades.
La vieja mitología liberal que nos habla del empresario millonario que llega a esa posición luego de haber entrado a la empresa como barrendero, como una oportunidad abierta para todo aquel que quiera alcanzarlo, parece haberse hecho presente acá. Por otra parte, aquí la situación histórica de ricos y pobres no parece ser producto de estructuras sociales impuestas a sangre y fuego, y sí solo de “oportunidades” que los actualmente ricos supieron aprovechar más que los actualmente pobres.
Finalmente, para no extendernos más, dejamos acá dos afirmaciones de Schemel para el debate:
“En Venezuela hay una lucha de clases no antagónica, fundada en un debate para refundar la democracia”
“La sociedad venezolana está de acuerdo con la sociedad de clases. Se “entiende” que los ricos lo son porque han trabajado”
Publicado el 6 de septiembre en poderenlared.com
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@maurogonzag
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