Como una gran alfombra cultural multicolor, las señales del inicio de la quinta edición de la Feria del Libro de Caracas se ofrecían desde mucho antes de llegar a la otra vez vibrante y concurrida Plaza de los Museos, entrada del parque que de nuevo se llenará de música, teatro, poesía, conversaciones y encuentros catalizados por las voces de los innumerables autores que se podrán escuchar y leer en esta nueva fiesta cultural.
Desde la entrada Sur del pasillo de los artesanos, los discos, libros y brillantes atavíos de la artesanía popular le dan la bienvenida al animal de la polis que entra en estado de pacífica inquietud a la zona cultural de Caracas en dirección a la plaza circular. Cerca de las tres de la tarde mucha gente circula por el paseo, algunos deteniéndose cada vez y otras, como la flaca cuyas cortas prendas exhibían unas largas y tersas piernas, se desplazaba suavemente como rozando el suelo disfrutando las caricias de la brisa en su piel y dedicando miradas sugestivas a quienes posaban la mirada en su impune pavoneo. Entretanto, las melodías que un hombre saca de una flauta parecen mover las plumas de los collares que exhibe detrás de él.
Caracas está de fiesta. Son 447 años de historia, de lucha, de contrastes, de vida Caribe, de una dialéctica dominación-resistencia-liberación que viene inclinándose en los últimos años del lado de la liberación. El trabajo que ha hecho el Gobierno nacional para sacar a Caracas del caos en que degeneró por cortesía del capitalismo del siglo XX, como afirmó el presidente Maduro está restituyéndole a la ciudad su carácter de “Sucursal del cielo”. Sigo la singladura hacia la plaza y llego a los espacios de la Unearte, la universidad que vislumbró Ludovico Silva en “Belleza y Revolución”. Malabaristas, estudiantes de danza y teatro, gente en libertad, vive y disfruta frente al mural donde el rostro de Hugo Chávez divisa el horizonte. Después del chichero, de más libreros, la señora de los dulces y los magos de la artesanía, un colorido arco anuncia que “Caracas tiene la palabra”.
Cambalache Feria adentro
En la sala Hugo Chávez, en el centro de la plaza, el compañero Arconada habla de la crisis del capitalismo en Europa, la situación de España, la necesaria respuesta que deben dar los pueblos. Al terminar su intervención, las preguntas del público dan cuenta del nivel de comprensión de la política que ha alcanzado la gente. Sigo el camino en dirección al parque, feria adentro, hasta la “Carpa del ocio”. Los asientos en forma de letras de colores y los puff dispuestos en un espacio generoso, hacen honor al nombre de este interesante lugar dispuesto para el libre intercambio de libros. El usuario que así lo desee o así se lo proponga, podrá llevar hasta tres títulos diarios y ejecutar el cambalache por tres títulos que la usuaria quiera dejar.
La carpa, promueve así la circulación de la palabra de los autores y una modesta pero significativa desmercantilización del libro y la lectura. Debo decir que tuve suerte, tanto por haber hallado clásicos como Robinson Crusoe, de Defoe, como por haber encontrado Literatura y Revolución, del gran Trotsky, y El papel del individuo en la historia, de Jorge Plejanov. Si usted así lo dispone, puede tirarse en una de las acolchonadas butacas posmodernas a escanear las primeras letras de esos autores que lograron aterrizar en las cuatro bibliotecas de la Carpa del ocio. Solo un detalle importante tendrá usted que considerar: los libros infantiles solo se truecan por libros infantiles.
Promoción de la lectura
Terminada parcialmente la primera vuelta de reconocimiento y después de haber echado un ojo a parte de las más de 100 editoriales presentes en la feria, me llego a la sala Enrique Bernardo Nuñez, donde la compañera de la Revista Altagracia, Ángela Rizzo, ofrece un foro sobre la promoción de la lectura. La promotora de la Biblioteca Nacional inicia su intervención interactuando con el público, y nos damos cuenta que hay escritores, diseñadores gráficos, lectores y comunicadores en el público presente.
Ángela, discurrió durante 45 minutos sobre las diferentes estrategias que pueden aplicarse para conectarse con la lectura. La primera conexión es la familiar, reflexiona. “En toda familia siempre hay un tío gitano, que viene y va, que nos abre al mundo del libro y la lectura”, afirma. Rizzo citó palabras del Gabo, quien decía que conectarse con la lectura es conectarse con la magia de la palabra. Asimismo, recordó la visita a Venezuela que a principios de siglo hiciera el semiólogo y escritor italiano, Umberto Eco y que causara tanto revuelo. Sobre El nombre de la rosa, conocida novela de Eco llevada al cine, Rizzo recordó al personaje del bibliotecario ciego quien era el responsable de resguardar el conocimiento, en alusión al poder de la lectura en la forja de “seres civilizados, cultos, informados y dispuestos a la emancipación”.
Todo libro es una propuesta que siempre tiene límites. Decía Eco, continúa Ángela, que cuando se lee se construyen y reconstruyen los espacios vacíos. Se complementan las ideas del autor, se va más allá de los límites. Tal reflexión, tan simple como se le ve, sugiere que no todo está dicho y que nunca todo estará dicho, para alivio de las nuevas generaciones de escritores que aspiran a ser voces y hacer aportes valiosos para la cultura y la vida de sus congéneres.
Como máximo promotor de la lectura que tuvo el país durante años, el nombre del Comandante Chávez necesariamente hizo su aparición. Además, Rizzo aprovechó también para recomendar la lectura de La caída, de Thomas Mann, como ejemplo de esos libros que pudieran estar en nuestra ―o alguna― biblioteca, y que por extensas razones o por simple olvido nunca hemos leído. También, refirió enfática la promotora, conviene conocer la obra de Horacio Quiroga.
El evento cerró con la participación del poeta Juan Chávez, quien rememoró las palabras que sobre el libro dijo Borges, y recitó el poema “Las muchachas de la panadería”.
Teoría Bolivariana de la Historia
Cuando el historiador Eloy Reverón inquirió al público sobre cuál era el primero de los objetivos del Plan de la Patria, de inmediato un señor alzó la mano y habló de la independencia. El historiador saludó la rápida respuesta y acotó que cuando el objetivo se despliega, se habla de independencia integral. Pero ¿Qué es la independencia integral? ¿No quiere decir la propuesta legada por el Comandante que nuestra independencia sigue, de alguna manera, chucuta?
Así comenzó la socialización de la Teoría Bolivariana de la historia, una propuesta que plantea una visión histórica desde la perspectiva del oprimido, de la indianidad, de la obra de Miranda, el maestro no declarado de El Libertador, y que plantea la necesidad de superar los tres principales vectores de la dominación que se cernieron sobre nuestros pueblos con el advenimiento del salvaje proceso civilizatorio de la modernidad: la división del trabajo social, la división espacio temporal de la historia y la división intelectual del saber.
Uno de los factores que contribuyeron al “desencantamiento del mundo” del que habló Max Weber, fue la creciente racionalización del mundo de la vida que tuvo en la especialización de los conocimientos uno de sus caballos de batalla. No por casualidad, la crónica, ese género hibrido, esa literatura originaria que incorporó siempre la historia, la literatura y lo que después se conoció como periodismo, fue quedando semi-relegada con ese desencantamiento, dando paso a disciplinas separadas y a un periodismo fragmentador de la realidad. Así, enhorabuena, la crónica, el género urbano y Calibán por excelencia, literatura cósmica a lo Vasconcelos capaz devolverle la magia al mundo, es la homenajeada en la V Feria del Libro de Caracas.
“La historia es la sumatoria de las voluntades”, dijo Jorge, un Amauta surgido entre el público. Reverón celebró la participación, y en el espíritu de la promoción de la lectura, destacó que a la alfabetización debe seguirle la “betagamatización”, para poder así moverse ágilmente entre los meandros, meta-mensajes y sutilezas del lenguaje.
Así dio inicio la nueva fiesta de los libros, el debate y la lectura, una fiesta que apenas comienza, que le da continuidad al gran guateque literario que surgió en estos años de Revolución, pero que además no puede terminar.
Publicado el 26 de julio en PoderenlaRed.com
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