La paranoia de Nicolás Maduro ha aumentado continuamente desde que se
adueñó del poder con malas mañas en 2013. Cada cierto tiempo se saca de
la manga un intento de magnicidio, un golpe de Estado o un plan para
desestabilizar su gobierno. Su tránsito por Cuba cuando era joven y
estaba en pleno proceso de formación fidelista dejaron su huella
indeleble. El mayor de los Castro era un maestro en el arte de inventar
conjuras inexistentes. Cada vez que quería destruir un adversario o
encubrir alguno de sus cientos de errores, inventaba una conspiración o
un atentado del cual sería víctima.
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