Las familias más poderosas del mundo buscan reducir la población mundial para tener más recursos para sí mismas, según afirma el investigador y escritor Daniel Estulin, autor de obras como La verdadera historia del club Bilderberg, y responsable del programa de la agencia RT “Desde la sombra”.
En un contexto donde el factor demográfico plantea importantes desafíos para los dirigentes del mundo, Estulin afirma que “si no hay progreso ni desarrollo industrial, no habrá crecimiento de la población”, con lo cual intenta ilustrar que influyentes familias como la Casa Rothschild vienen vinculándose a la filantropía y al ecologismo, pero no con el interés de salvar al planeta son con el objetivo principal de “reducir la población mundial”. Sin embargo, indistintamente del interés de estas potentadas familias, constituye un hecho la necesidad del control de la natalidad, tal como ocurre en China.
También merece una matización el hecho de que una cosa es controlar la natalidad, y otra muy diferente lo que Estulin plantea: el interés de los Rothschild en reducir la población mundial en los lugares en los que esta se oponga al logro de sus objetivos.
Estulin, también manifiesta su preocupación respecto al crecimiento de la población mundial y su relación con los recursos naturales necesarios para su sostén, la vieja correlación que también preocupó al Sr. Malthus. Según Estulin el problema de la escasez es cada vez más grave, aunque no deja claro en qué región del mundo este problema es más patente. Por ejemplo, Argentina produce alimentos para 300 millones de personas, aunque alberga en su seno solo a 40 millones. ¿Escasez o perversión del sistema?
Preocupado por qué haremos cuando lleguemos a 10 o 20 mil millones de habitantes, Estulin parece plantear una gramática algo contradictoria: dice que para que haya crecimiento de la población es necesaria la industrialización y el progreso, pero denuncia que los Rothschild quieren reducir la población mundial invirtiendo en causas ecológicas y no en grandes proyectos industriales; luego, acepta que la población está en franco crecimiento a pesar de la crisis mundial ―particularmente porque en regiones como América Latina y el Sudeste asiático la dinámica viene siendo otra―, y en ningún momento menciona el tema del control demográfico, lo cual otorga a su tesis un carácter ficcional.
En general, la reseña que hace RT de las ideas planteadas por Estulin no deja de plantear una verdad de fondo: que en el mundo existen potentados interesados en oponerse al acceso democrático a los recursos porque este atentaría contra el control que eventualmente pueden ejercer sobre la dinámica socioeconómica mundial.
El problema, parece estar en las consuetudinarias concepciones de progreso como industrialización y crecimiento, que tiran a la basura gran parte de la producción, explotan al ser humano y además distribuye la riqueza de forma desigual.
Publicado hoy en Poderenlared.com
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