“Golpistas son los que se unen a la oligarquía para atropellar a su propio pueblo”
“Nosotros no somos golpistas, somos revolucionarios" Hugo Chávez Frías
Decir que el 4 de febrero hubo un golpe de Estado en Venezuela es casi como afirmar que el 15 de febrero de 2009 los venezolanos votamos por la reelección indefinida del presidente Chávez. En ambas expresiones hay importantes imprecisiones.
En el primer caso, el error consiste en no tomar en cuenta el contexto en el que ocurrieron los hechos; en el segundo, caso más delicado, la imprecisión consiste en asumir irreflexivamente una frase sin mucho sentido con una carga o significado originado en los laboratorios contrarrevolucionarios.
Hoy se conmemoran 21 años de aquellos hechos que fueron para la revolución bolivariana lo que el asalto al Moncada fue para la Revolución cubana. Por cierto ¿Fue la Revolución cubana un golpe de Estado? El tema, es que hay aquí cierta batalla de ideas que no se puede descuidar, sobre todo porque hoy muchos voceros del oposicionismo, cuando tienen el chance, siguen llamando golpista al comandante presidente. Y de acuerdo a esa lógica, lo que pasó el 11 de abril de 2002 no se diferenció mucho de lo ocurrido el 4 de febrero de 1992.
Valga esta nueva conmemoración del 4 de febrero, para recordar que no cabe comparación alguna entre lo ocurrido en esta fecha y lo que pasó el 11 de abril de 2002. Decir que ambos eventos fueron golpes de Estado y que por tanto los protagonistas de ambas acciones son golpistas sin más, sería como comparar la Revolución cubana de 1959, apoyada por el pueblo cubano y que expulsó a un gobernante que había entregado a Cuba al imperialismo, con el golpe de Estado a Salvador Allende en 1973, perpetrado en contra de la mayoría de un pueblo que lo había elegido democráticamente, y que incluyó la muerte del derrocado y la desaparición, tortura y muerte de decenas de miles de chilenos, para imponer en el país un sistema funcional al imperialismo.
De la misma manera, los hechos del 4 de febrero no fueron otra cosa que una rebelión militar contra un sistema político deslegitimado y en decadencia. Una rebelión que de haber logrado todos sus objetivos se habría convertido en una revolución popular, y que desde el primer momento fue apoyada directa o indirectamente, por el pueblo venezolano que celebró y no olvidó como un Comandante, con hidalguía y dignidad, reconoció una derrota militar que se convertiría en una importante victoria política, además de haber dado al traste con la nefasta cultura de la irresponsabilidad que había predominado en el país.
Y fue una victoria política porque fue una rebelión, y Chávez fue elegido presidente porque fue una rebelión, y la revolución vendría después de crear las condiciones mínimas de soberanía y autodeterminación. En eso estamos hoy.
amauryalejandrogv@gmail.com
@maurogonzag
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