Así lo afirmó el presidente de Ecuador, Rafael Correa,
durante la conferencia magistral que ofreció en el marco de la Primera Cumbre
para un Periodismo Responsable en los Nuevos Tiempos (CUPRE), realizada el 19 y
20 de junio de 2013 en la ciudad de Guayaquil, y que se denominó "La información
como derecho y los medios como Big Business".
La frase, la extraemos de la sección “Poder: Estado de
opinión versus Estado de derecho”, de acuerdo a la edición de la conferencia
publicada por la Colección Claves, elaborada en los espacios del Correo del
Orinoco. Luego de explicar la lógica de los Big Business de la información y de
analizar el comportamiento económico de las grandes corporaciones mediáticas
como un gran “mercado” de la comunicación, Correa diserta sobre el rol político
que en un momento determinado “se otorgaron” las empresas de la información.
Una clave importante puede colegirse de la exposición de
Correa: el rol político que de un tiempo para acá se atribuyeron los “medios de
comunicación” no es nuevo, toda vez que estos siempre se definieron como el
contrapoder del poder político, e incluso se les llegó a llamar el “quinto
poder”. Para Correa, resulta hasta gracioso que los medios se definan como
contrapoder, lo que es decir actores políticos, y que no toleren respuestas
políticas. En este contexto, dice Correa que si un medio calumnia, desinforma y
difama a nuestros gobiernos, es libertad de expresión. Pero si algún presidente
les responde, entonces es un atentado a la libertad de expresión. ¿Algunos más
libres que otros?, se preguntó Correa.
Otra clave que aporta el presidente ecuatoriano, se refiere
a que la impunidad de que siguen gozando las corporaciones mediáticas viene
dada porque “Han tenido la habilidad de identificar sus negocios con la
libertad de expresión". De ahí, y según esta lógica, criticar un medio es
atacar la libertad de expresión, “lo cual es tan brillante como decir que
criticar al Presidente es criticar a la democracia”.
Para Correa, el debate de fondo es si los medios deben o no
participar en política, ya que al definirse como contrapoder lo están haciendo. Incluso, sería más difícil determinar cuando no han participado en
política, cuando no han sido actores políticos, en mayor o menor grado, con mayor o menor intensidad, desde que
emergieron y crecieron en las sociedades capitalistas.
Así, llegó el momento en que De la generación de la
opinión pública, pasaron a pretender imponernos el Estado de opinión, una
situación que expresa con preocupante claridad la desmesura del poder que
lograron alcanzar estas empresas que, en un momento determinado, transformaron
uno de los servicios públicos más importantes para la sociedad en un conjunto
de Big Business, en algunos casos más poderosos que muchos estados nacionales.
Publicado en PoderenlaRed.com el 19/09
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