Salí temprano, muy temprano, en medio de la lluvia. Esas gotas frías eran como un somnífero por las constantes olas de calor, que últimamente nos agobia. Luego como un milagro salió el sol, burlándose de los pronósticos de Inameh. Ese día, como siempre dispuesta a confrontar la calle… esas situaciones que nos asedia continuamente. Estoy en guerra, pensé: en guerra conmigo misma, en guerra con mis demonios, en guerra por la impotencia... en guerra con la misma guerra. A resumidas cuentas estamos sumergidos, en una especie de resistencia urbana, donde los poderosos inconformes, se comen a pedazo la esperanza de los débiles.
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