Este Día Internacional de los Trabajadores es especial en Venezuela, toda vez que en la víspera el Presidente Hugo Chávez le dio luz verde a una Ley que, sin exagerar, se puede calificar como un instrumento jurídico revolucionario: la nueva Ley Orgánica del Trabajo. Si bien se debe garantizar que lo plasmado en la nueva LOT se operacionalice efectivamente en la realidad social-laboral concreta, lo cual constituye la próxima batalla inmediata, el inmediato desafío, no son moco de pavo las reivindicaciones contenidas en el texto de la nueva Ley. Pero indistintamente de las tareas pendientes, tres contrastes refulgen en este importante día.
El primero de ellos se presenta con el pasado, con la Cuarta República, particularmente con el tristemente célebre robo de las prestaciones sociales de todo un pueblo, ejecutado en 1997 en las postrimerías del último gobierno que doblaría el espinazo ante los dictámenes del FMI, faltando poco más de un año para el triunfo de Chávez en las presidenciales del 98. Un pasado de atropello a la clase trabajadora, donde se socavaron elementales derechos de la mayoría obrera a favor del patrón, del empresariado, del capital.
Otro contraste, tal vez el más resonante, es el que se presenta con la actual situación crítica por la que atraviesa, por ejemplo, Europa. Nombremos sólo tres países considerados aún por muchos como “desarrollados”: Italia, Grecia y España. Este último ostenta hoy el más alto desempleo juvenil, el cual alcanza más de 40%, y recientemente logró batir su propio record de paro. Y qué decir de Grecia, donde los suicidios han aumentado preocupantemente en los últimos meses debido a la grave crisis económica; sobre Italia, recordemos por ahora como la funcionaria encargada de la cartera del trabajo anunciaba, con abundantes lágrimas en los ojos, las nuevas medidas que se aplicarían en materia laboral.
En Venezuela, durante el gobierno de Chávez, no sólo se ha aumentado sistemáticamente cada año el salario mínimo, que con el nuevo aumento es ahora el más alto de América Latina, sino que los pensionados del Seguro Social durante este gobierno también comenzaron a cobrar el equivalente a aquel, garantizando seguridad y bienestar para este importante sector de la población. Con la aprobación de la nueva LOT, se da un paso importante en la dirección de construir el socialismo bolivariano.
Destaquemos sólo tres nuevos beneficios del nuevo ordenamiento:
1.- Retorno de la retroactividad de las prestaciones sociales (Reivindicación histórica).
2.- Protección plena de la familia: seis meses de permiso pre y post-natal para la madre e inamovilidad para el padre.
3.- Consideración del Ser Humano por encima del capital: una verdadera proeza que hay que hacer cumplir en la práctica con organización, lucha y formación.
En resumen, podemos afirmar que la alegría y la pasión popular que ha caracterizado a la celebración de hoy en la ciudad de Caracas y los logros concretos alcanzados por los trabajadores durante el gobierno de Chávez, marcan un elocuente contraste con el pasado del país y con la situación de crisis del capitalismo global. Pero entonces ¿Cuál es el tercer contraste? El que se presenta con el sector retrógrado de los que se oponen al proyecto bolivariano, hoy representado por el candidato Henrique Capriles y que ha mal disimulado su intención de volver con las desfasadas, fracasadas y criminales medidas neoliberales.
De tal manera que, más allá de lo que quede por recorrer en la construcción del socialismo, el estado de ánimo del pueblo venezolano, los hechos objetivos que reflejan lo hasta ahora logrado, y la aprobación de esta nueva palanca jurídica, definen el carácter de la anunciada victoria de Hugo Chávez el 7-O, y se erigen en ejemplo de buen gobierno para la región y el mundo. Lo que nos queda: hacer cumplir la ley.
Editorial Poderenlared.com
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