La decisión soberana tomada por Ecuador de otorgar el
asilo político a Julián Assange, quien se encuentra refugiado en la
embajada ecuatoriana en Londres desde el 19 de junio, ha generado una
serie de reacciones y movimientos que evidencian ―y ponen a prueba― las
transformaciones que ha vivido el mundo en los últimos años en materia
de política internacional.
Distintos bloques regionales y mecanismos de integración del
continente fueron convocados con carácter de emergencia a solicitud del
gobierno ecuatoriano, después de que el pasado 15 de agosto, este
recibiera una comunicación del Reino Unido con la amenaza de asaltar su
embajada en Londres en caso de que se negaran a entregar al fundador y
cabeza de Wikileaks, Julián Assange, tal como lo afirmó en rueda de
prensa el canciller ecuatoriano Ricardo Patiño.
Ante lo que constituye una grave amenaza contra la soberanía del país
y una frontal violación del derecho internacional, el canciller
ecuatoriano solicitó, con carácter de emergencia, la convocatoria a una
Asamblea General Extraordinaria en el seno de la OEA, una reunión con el
mismo carácter de los cancilleres de la Unasur, además de una reunión
urgente de los países del bloque de la Alba, al que también pertenece el
Ecuador.
Durante la Asamblea Extraordinaria de la OEA, realizada ayer, Ecuador
obtuvo el respaldo de casi la totalidad de los países del continente
americano en su conjunto, además de haber logrado el apoyo de países
como Rusia. Ecuador había solicitado una reunión de cancilleres, la cual
fue aprobada con el apoyo de todos los países latinoamericanos,
incluyendo parte del Caribe, con la oposición de Estados Unidos,
Trinidad y Tobago y Canadá, y la abstención de Barbados, Bahamas,
Panamá, Jamaica y Honduras. Así lo recoge hoy el portal Página 12.
El tema fundamental que tratarán los cancilleres del continente en
una próxima reunión, será la crisis generada entre el Reino Unido y el
Ecuador, luego de que este otorgara el asilo político a un personaje que
se convirtió en el perseguido político más famoso de los últimos
tiempos. Para el analista Modesto Emilio Guerrero, colaborador de este
medio, el hecho del asilo a Assange podría ser considerado una noticia
más en el vasto campo de la información mundial, “si no se tratara del
personaje no militar ni delincuente, más perseguido por algunos de los
estados más poderosos del mundo”.
Para Guerrero, la razón de tal ensañamiento, se explica por “…haber
revelado la mayor cantidad de información diplomática en tiempos de paz
de que se tenga registro histórico”. Esta filtración, como sabemos,
develó las intrigas y bullangas de la diplomacia imperial, a la que dejó
semidesnuda para el placer y conocimiento de muchos.
Como era predecible, tanto Estados Unidos como Canadá señalaron que
la crisis debía ser solventada por los países involucrados de manera
bilateral, postura que fue secundada por la Unión Europea. Incluso, la
representante estadounidense en la OEA, Carmen Lomellin, atacó
directamente la propuesta de reunir a los cancilleres alegando la perla
de que “no va a aportar valor y será, incluso, dañina para la fama de la
institución internacional”. Por su parte, el observador permanente del
Reino Unido en la OEA, Philip Barton, aseveró que la nota enviada al
gobierno ecuatoriano fue “tomada fuera de contexto”; mal interpretada
pues.
Otra opinión fue la manifestada por Rusia, país que manifestó su
extrañeza ante la negativa del Reino Unido de permitir el asilo político
de Assange, dado que Londres le negó a Rusia en varias oportunidades la
extradición de presuntos autores de graves crímenes. En el caso que nos
ocupa, distintas informaciones difundidas en varios medios han puesto
entre paréntesis el sustento de las acusaciones de abuso sexual que
pesan sobre Assange. Para el periodista canadiense Jean Guy Allard, dado
que Estados Unidos fue el país más afectado por las filtraciones de
Wikileaks, están buscando cualquier excusa para echarle mano. En tal
sentido, para Allard “no hay duda de que los cargos que se le imputan a
Assange por delitos sexuales son falsos, es un pretexto de Suecia”.
El periodista canadiense ofreció declaraciones para la Radio del Sur,
en las que hizo una comparación entre el comportamiento actual del
Reino Unido con Assange, y la que tuvieron con el ex dictador Augusto
Pinochet. Fue en el año 2000 cuando el Reino Unido, ante el pedido de
extradición de España para juzgar al dictador chileno por delitos de
lesa humanidad, se esforzó inusualmente por impedir que se hiciera
justicia. Hoy, los ingleses hacen un esfuerzo parecido, aunque no para
impedir sino para permitir y empujar la extradición de alguien que está
siendo acusado de delito sexual por una mujer cuyos vínculos con la CIA
están demostrados.
Varios analistas coinciden en afirmar que Ecuador tiene la razón de
su parte para acudir a las distintas instancias internacionales y así
defender su soberanía. Uno de ellos, el politólogo Juan Paz y Miño,
afirma que la opción de recurrir a organismos internacionales se
justifica plenamente por la “amenaza real” que pesa sobre la embajada
ecuatoriana en Londres, reseña hoy la agencia RT.
Otra razón para acudir, por ejemplo, a la Corte Penal Internacional,
se daría en caso de que el Reino Unido se niegue a otorgar a Assange el
salvoconducto necesario para hacer efectiva su salida de la sede
diplomática, una situación prevista por el presidente Correa y que
efectivamente se está dando. De ahí que la recomendación de Alexis Mera,
asesor de Correa, de acudir a una instancia internacional para
viabilizar la salida de Assange de la embajada, sea una medida necesaria
dadas las circunstancias.
Este escenario de negación del salvoconducto a Assange, luego de que
Ecuador le otorgara el asilo político, fue previsto por el catedrático
Juan Pablo Cadena en entrevista citada en una nota del 2 de agosto y
publicada por este medio. Para Cadena, la figura ideal aplicable en este
caso no es la de asilado sino la de refugiado. En esa oportunidad,
Cadena sustentaba su aserto en el hecho de que, al otorgársele a Assange
la condición de refugiado “automáticamente estaría también bajo la
protección del Alto Comisionado para los Refugiados de las Naciones
Unidas (Acnur, por sus siglas en inglés)”, ante la negativa en el
otorgamiento del salvoconducto.
El escenario previsto, hoy es una realidad: Londres está negando el
salvoconducto para que Assange pueda salir de la embajada ecuatoriana,
lo cual lo coloca en una situación de permanencia indefinida en la sede
diplomática. Para Cadena, tal escenario estaría descartado en caso de
que se le otorgue el carácter de refugiado, ya que “políticamente sería
muy difícil al Reino Unido negarle la solicitud a una agencia de la
ONU”, argumento Cadena.
Sin embargo, el canciller británico William Hague, en entrevista
concedida a la BBC, reiteró que su gobierno no permitirá la salida de
Assange de la embajada. “Nuestra obligación legal es extraditarlo a
Suecia”, afirmó Hague. Ante la pregunta del periodista sobre si Assange
podría quedarse en la embajada indefinidamente, esta fue la respuesta
del real canciller: “Algunos solicitantes de asilo han pasado largos
periodos de tiempo dentro de embajadas”, afirmación que ilustra el
escenario de juego trancao al que apuestan los británicos, que no es
otro que el de embajada por cárcel.
De otro lado, para el representante venezolano ante la OEA, Roy
Chaderton, la situación de Assange debe resolverse por la vía
diplomática y en el marco del respeto a los principios del derecho
internacional y de la soberanía del Estado ecuatoriano “en cuyo
ejercicio se decidió la concesión del asilo diplomático al señor Julián
Assange”.
De tal manera, los escenarios posibles parecen no dejar muchas
opciones, aunque indistintamente de estas, esta nueva crisis, que
involucra a países europeos (incluyendo a Rusia) y Latinoamericanos, a
países del norte y del Sur emergente, se está convirtiendo en un
particular barómetro para la comprensión del nuevo contexto geopolítico
mundial.
Publicado en Poderenlared.com el 18 de agosto
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@maurogonzag
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