Palabras clave: Batalla de ideas, política, crítica, transformación, diálogo, innovación, cambio de época, amplitud, bloque histórico, lectura, análisis, verdad, belleza, sueños, liberación.

lunes, 28 de julio de 2014

Un relato desde Buenos Aires que celebra la vida en la ciudad

Este domingo, la sala Enrique Bernardo Núñez fue el escenario donde se presentó mi libro Crónicas de la ciudad del bajo. Relato desde Buenos Aires, obra ganadora de la cuarta edición del premio literario Stefanía Mosca 2013, en la mención ―como podrán imaginar― de crónica.

El libro se publica en el contexto de la V Feria del libro de Caracas, en el momento ideal si se considera que la nueva fiesta del libro está dedicada a la crónica como género literario, y que el homenajeado de la ocasión es el periodista y escritor, cultor como pocos de los cuentos de non fiction, Earle Herrera.

Hacia las tres de la tarde, Kelvin Malavé, gerente editorial de Fundarte, abrió fuegos con unas palabras introductorias hacia el público que ya se aglutinaba en torno al espacio levantado entre los árboles del Parque Los Caobos. Seguidamente, la presentación de Daniel Peralta, sensible y minuciosa, habló de su identificación y conexión espiritual con las experiencias plasmadas en esta bitácora que, gracias a la crónica, fueron una excusa y un marco ideal para deslizar ideas, viejos sueños y hasta algunas reflexiones políticas.

Peralta destacó la celebración de la música presente a lo largo de las páginas, la pasión del rock-pop latinoamericano intrincada con una breve pero intensa historia urbana, la salsa Caribe y el tango, híbridos nacidos al calor del magnífico y diverso crisol cultural que caracteriza nuestra tierra de gracia. No se le escapó a Daniel la práctica digresiva permanente que caracteriza la propuesta, incluyendo aquella en la que narro los aciagos momentos en que se dio a conocer la muerte del Comandante. La muerte, que aparece así en medio del relato, tiene su contraparte en el episodio erótico y la celebración de la vida y la libertad.

Como lo hiciera Mercedes Chacín en una edición de agosto de 2013 del suplemento Épale, Daniel me invitó a escribir unas crónicas sobre Caracas, y debo decir que con un talante que me honra, dado que lo hizo recordando literalmente una de las reflexiones que dejara sobre nuestra relación con la ciudad vernácula: admirarla y recorrerla cual viajero extranjero en su propia tierra. La mirada del que llega, la perspectiva desde el borde, la exterioridad, puede resultar a veces la mirada. Es justo decir que no me inicié en la crónica con el viaje a la ciudad del bajo, sino con nuestra ciudad capital de la primavera política latinoamericana. La pregunta sobre si todos conocemos nuestra ciudad salta a la vista, más aún porque quien la conoció hace dos quinquenios puede que no la conozca ahora. No obstante, hay una serie de historias sobre Sarría y algunos avatares y personajes que deben ser contadas, y en ese sentido la palabra ha sido tomada.

Lo contrario es válido para las nuevas generaciones. De ahí la importancia de la crónica, que es testimonio y por tanto, memoria. Cronos, devenir del movimiento lento y trascendente del renacimiento de una ciudad para la gente y para la vida. Porque eso es la crónica, cuento Caribe, literatura hibrida sugerente de gran poder comunicativo. Escritura originaria y primigenia, tal como lo dije el domingo, que nació en unidad con el testimonio histórico no exento de intención estética. Definitivamente, las Crónicas de la ciudad del bajo tienen vitalidad y música. Puedo repetir, además, que más allá de las descripciones, narraciones, diálogos y comentarios, elementos básicos del género, la obra es una celebración de ese artificio humano por excelencia como lo es la ciudad, la polis de monstruosa belleza que a todos atrae y que a muchos se traga.

El libro, eso sí, tiene un meta-mensaje: una invitación a viajar, a conocer,  a que desplieguen sus alas, más que como turistas como viajeros. Y el primer paso para esto es disfrutar de los espacios de tu ciudad, salir al encuentro ciudadano, a la cita nocturna. Mis votos son por conocer el propio país, para lo cual resulta fructuoso palpar y comprender otros países; preferiblemente si son del Sur.

Por cierto, que otra forma de viajar es a través de la lectura, por lo que te invito a una migración espiritual temporal a la ciudad del bajo leyendo estas humildes narraciones, palabras que fueron premiadas por Fundarte, lo cual les agradezco infinitamente.

@maurogonzag

La palabra circula en la V Feria del libro de Caracas

Como una gran alfombra cultural multicolor, las señales del inicio de la quinta edición de la Feria del Libro de Caracas se ofrecían desde mucho antes de llegar a la otra vez vibrante y concurrida Plaza de los Museos, entrada del parque que de nuevo se llenará de música, teatro, poesía, conversaciones y encuentros catalizados por las voces de los innumerables autores que se podrán escuchar y leer en esta nueva fiesta cultural.
Desde la entrada Sur del pasillo de los artesanos, los discos, libros y brillantes atavíos de la artesanía popular le dan la bienvenida al animal de la polis que entra en estado de pacífica inquietud a la zona cultural de Caracas en dirección a la plaza circular. Cerca de las tres de la tarde mucha gente circula por el paseo, algunos deteniéndose cada vez y otras, como la flaca cuyas cortas prendas exhibían unas largas y tersas piernas, se desplazaba suavemente como rozando el suelo disfrutando las caricias de la brisa en su piel y dedicando miradas sugestivas a quienes posaban la mirada en su impune pavoneo. Entretanto, las melodías que un hombre saca de una flauta parecen mover las plumas de los collares que exhibe detrás de él.

Caracas está de fiesta. Son 447 años de historia, de lucha, de contrastes, de vida Caribe, de una dialéctica dominación-resistencia-liberación que viene inclinándose en los últimos años del lado de la liberación. El trabajo que ha hecho el Gobierno nacional para sacar a Caracas del caos en que degeneró por cortesía del capitalismo del siglo XX, como afirmó el presidente Maduro está restituyéndole a la ciudad su carácter de “Sucursal del cielo”. Sigo la singladura hacia la plaza y llego a los espacios de la Unearte, la universidad que vislumbró Ludovico Silva en “Belleza y Revolución”. Malabaristas, estudiantes de danza y teatro, gente en libertad, vive y disfruta frente al mural donde el rostro de Hugo Chávez divisa el horizonte. Después del chichero, de más libreros, la señora de los dulces y los magos de la artesanía, un colorido arco anuncia que “Caracas tiene la palabra”.

Cambalache Feria adentro

En la sala Hugo Chávez, en el centro de la plaza, el compañero Arconada habla de la crisis del capitalismo en Europa, la situación de España, la necesaria respuesta que deben dar los pueblos. Al terminar su intervención, las preguntas del público dan cuenta del nivel de comprensión de la política que ha alcanzado la gente. Sigo el camino en dirección al parque, feria adentro, hasta la “Carpa del ocio”. Los asientos en forma de letras de colores y los puff dispuestos en un espacio generoso, hacen honor al nombre de este interesante lugar dispuesto para el libre intercambio de libros. El usuario que así lo desee o así se lo proponga, podrá llevar hasta tres títulos diarios y ejecutar el cambalache por tres títulos que la usuaria quiera dejar.

miércoles, 23 de julio de 2014

¿Tienen acaso derechos humanos los niños de Gaza?

Niño palestino asesinado en Gaza
Esta mañana lluviosa del 23 de julio encendí el televisor y como siempre, coloqué TeleSur. Veo el seguimiento que le hacen a la situación en la Franja de Gaza en el programa “Agenda Abierta”, y lo primero que destaca es una realidad que hemos venido constatando cada vez que Estado de Israel emprende acciones terroristas de limpieza étnica contra los palestinos: la impotencia de la ONU y la comunidad internacional para garantizar la vida y la dignidad de los seres humanos, cuando así lo exigen las circunstancias.

“Países piden el cese de los ataques contra Gaza”, “Israel continúa operación terrestre en la Franja de Gaza”, “Evalúan posibilidad de sanciones económicas contra Israel”, son algunos de los titulares que resumen los análisis que se hacen durante el programa a través de distintas voces autorizadas. Esta vez, la operación que emprenden los sionistas se llama “margen protector”, ayer, entre 2008 y 2009, se llamó “plomo fundido”, la cual dejó 1.400 muertos palestinos. Más recientemente, en noviembre de 2012, la invasión se llamó “pilar defensivo”; pero todas tuvieron algo en común: la brutalidad del asesinato de civiles, crímenes de guerra condenados por muchos pueblos y gobiernos del mundo pero que han sido siempre justificados por las potencias occidentales.

En los momentos de mayor brutalidad de la operación “pilar defensivo”, hubo declaraciones tan infelices como las del hijo del ex primer ministro israelí, Ariel Sharon, quien afirmó que Tel Aviv debía “aplastar toda Gaza” de la misma manera que los Estados Unidos destruyó la ciudad japonesa de Hiroshima con la bomba atómica, en 1945. El criminal llamado, quedó plasmado en un artículo publicado en The Jerusalem Post, firmado por Gilad Sharon, como un ejemplo paradigmático de las intenciones de la dirigencia sionista frente a los palestinos. No ha habido bomba atómica, pero a Gaza la han venido aplastando de forma continuada, con sanciones, bloqueos y “plomo fundido”.

Hoy, así como en los varios ayeres, la población civil de Gaza parece ser el blanco predilecto de los ataques israelíes, con preferencia por los niños. Así lo indican distintas organizaciones de derechos humanos, las cuales señalaron hoy que los ataques han matado más niños que combatientes. De 630 palestinos muertos que contabilizan funcionarios médicos en Gaza, una cuarta parte han sido menores de 18 años, razón por la que estas organizaciones han definido los ataques como una “guerra contra los niños”. Así como ayer, se hace un llamado al boicot, la desinversión y la sanción. Se retiran embajadores, en muchas capitales del mundo se realizan marchas en solidaridad con Palestina, cunde la indignación.

A pesar de la aparente inutilidad de tales acciones de protesta, en un contexto donde la elite anglo-norteamericana sigue colocándose del lado del sionismo, tratándose de la vida humana conviene que ni los gobiernos ni los pueblos dignos del mundo ―incluyendo al pueblo judío que también condena la brutalidad― no se acostumbren a esta barbarie. En pleno siglo XXI, en plena reconfiguración geopolítica mundial, conviene mantener alzada la voz de protesta frente a una barbarie inconcebible después de un largo siglo XX donde una guerra cada vez más sofisticada dejó saldos trágicos sin precedentes en la historia de la humanidad.

La llamada “conquista de Sión” parece ser ―ha sido― un proceso que no tiene prisa pero que no se detiene. Todo nos lleva a preguntarnos ¿Dónde quedan los derechos humanos de las mujeres y los niños palestinos? ¿Para quién son estos derechos? ¿Qué son realmente los derechos humanos? Una respuesta “heterodoxa” la ofrece el venezolano Gregorio Pérez Almeida:

“… debemos concluir que los derechos humanos son un producto histórico y de naturaleza clasista, son una creación humana surgida al fragor de la lucha de clases y que, como expresión de la ideología liberal triunfante desde la Revolución francesa, han servido de amalgama para construir la hegemonía política y cultural de la burguesía en el sistema-mundo capitalista
.”

Así, se comienza a comprender por qué no se producen acciones contundentes de parte de la “comunidad internacional” que hagan respetar los derechos humanos en Palestina, y se comprende asimismo por qué durante las guarimbas criminales en Venezuela la potencia del norte expresó su preocupación por los derechos humanos en nuestro país como forma de injerencismo.

El tema merece su propio espacio, por ahora, los pueblos del mundo exigen el fin del asesinato indiscriminado de palestinos, quienes, como todo pueblo, tienen derecho a la vida.

*Director de PoderenlaRed.com
@maurogonzag