Palabras clave: Batalla de ideas, política, crítica, transformación, diálogo, innovación, cambio de época, amplitud, bloque histórico, lectura, análisis, verdad, belleza, sueños, liberación.

lunes, 4 de junio de 2012

El significado histórico del 5 de julio y la teoría bolivariana de la historia

Con la pregunta ¿Cuál es el significado histórico del 5 de julio de 1810?, se inició una nueva sesión del taller “Teoría de la historia de la Revolución bolivariana” en los espacios del Instituto de Estudios Diplomáticos Pedro Gual, con la dirección del historiador Eloy Reverón y con la participación de un público que, con la idea central de redescubrir la historia, lo que es despojarla de la ideología que la ha cubierto por 500 años, interviene decisivamente en la historiografía tradicional.

Los participantes emitieron su opinión, siempre crítica, sobre lo que pensaban ocurrió el 5 de julio de hace 201 años. Otra pregunta, visualizada en la presentación de power point, sugería la respuesta: ¿Es posible deshacerse de tres siglos de dominación colonial mediante un acto jurídico? La interrogante, ciertamente devela una verdad que explica por sí misma la realidad de Venezuela para 1998 y por tanto a la Revolución bolivariana. Un grupo de hombres blancos y privilegiados, dadas las condiciones para hacerlo, deciden separarse de la metrópoli colonialista y quedarse con un poder que usarían para mantener en situación de coloniaje y dominación a las mayorías pardas, africanas e indígenas.

Una situación de conflicto social permanente, una “guerra de colores”, la lucha de clases, sería la realidad del territorio llamado Venezuela durante todo el siglo XIX -y no es que no haya habido guerra de colores y lucha de clases en el siglo XX, porque aún la hay- pero con un rasgo propio: esa lucha de clases, con o sin conciencia de clase, era una dinámica dominantes-dominados donde los dominantes eran también clase dominada por una metrópoli colonialista, lugar de las potencias capitalistas en plena expansión, en pleno despliegue de una subjetividad, de una cosmovisión que impondrían como universal. Es decir, Europa, ya sinónimo de occidente y erigida en centro del nuevo sistema – mundo, genera a su vez una periferia, un territorio que si bien a partir de 1810 comenzaba la superación del colonialismo, continuaría sin embargo en situación de colonialidad, bajo el principio racional, el hoy persistente euro-centrismo, generador impune de neocolonialismos. Los países de Nuestra América se caracterizarían por albergar una sub-burguesía blanca priviliegiada, y una clase dominada por esta, compuesta por los excluídos de siempre y en condición subalterna respecto a las clases dominadas de Europa y la América anglosajona.

Establecida la nueva configuración mundial, ninguna lucha que se desarrollara en nuestras tierras podría ser comprendida o comparada con las luchas propias de la Europa central-imperial-capitalista. Aparecería en nuestras clases dominantes un rasgo particular, propio de un territorio que sin ser Europa era, sin embargo, occidente: la “doble conciencia criolla” de Mignolo, o en otras palabras, el creerse europeo sin serlo, identificarse con lo europeo siendo un americano blanco de la clase en el poder. De otra forma, el patrón colonial de poder impuesto durante 300 años, haría de las luchas en nuestras tierras, un problema no solo económico, sino de raza, de género, mental, cultural.

En el apogeo de una discusión que avanzaba hacia nuestra compleja realidad, Reverón proyectó en pizarra una nueva pregunta: ¿Por qué Miranda dijo que todo esto era un bochinche? Se discutió brevemente la etimología de un vocablo que todos teníamos más o menos claro, pero, ¿Por qué lo dijo? ¿Por qué el gran Miranda, maestro de Bolívar, de mentalidad enciclopedista, habló de bochinche en Venezuela? Una discusión, sin duda. Pero se ensayó esta respuesta: Miranda vio que cada grupo social, que cada clase social, defendía sus propios intereses sin que hubiera conciencia de clase. Y es que, acaso podía haber:

¿Condes y marqueses defendiendo una República?

De tal manera, el debate se prestó para que nos preguntáramos a propósito de tales incoherencias: ¿Ese bochinche persiste hoy en Venezuela? ¿No es el bochinche una palabra que expresa y denuncia nuestra compleja trama de tradición y modernidad, un término que habla de la imposibilidad de comprendernos con esquemas europeos? ¿Hay en Venezuela quien todavía hoy se crea europeo, étnica y culturalmente? ¿Cuáles son las expresiones hoy, de ese bochinche?

Así transcurre la construcción de la “Teoría bolivariana de la historia”, que continuará el próximo miércoles 6 de junio, finalizando su primer ciclo, en los espacios del IAEDPG. Los interesados en participar pueden comunicarse con el 04169106123,  enviar un correo a: tallerthrb@gmail.com o acercarse directamente al lugar.

AGV / Poderenlared.com

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