En una expresión más de la estrategia oposicionista de
reconocer y mimetizar los avances sociales logrados por el gobierno bolivariano,
el actual gobernador del Zulia, Pablo Pérez, afirmó que “fue a raíz de la
presidencia de Chávez que se comenzó a tocar el tema social”. Pérez, quien
fuera uno de los pre-majunches hasta el 12 de febrero pasado, dijo que tal
afirmación no lo acompleja porque “eso lo he dicho antes”.
Si bien es cierto que el gobierno del presidente Chávez hizo
de “lo social” su prioridad, recordemos que tal reflexión, aparte de cosificar
lo que constituye la razón de ser de todo gobierno, de todo liderazgo, de toda
dirigencia política, ya ha sido hecha por otros actores sociopolíticos y desde
hace tiempo. Entre otros, por José Vicente Rangel. Es decir, la primicia es que
ahora lo dice alguien en la oposición. Pero el tema es el aire tecnocrático con
que se pretende hablar de la gente y sus necesidades y problemas, cuando algunos analistas
y políticos se refieren a “lo social” como algo separado de lo político, lo
económico y de todo lo demás.
Hablar del pueblo y de la gente como “lo social”, puede ser
viable para fines metodológicos al momento de elaborar una tesis cuyos rasgos
principales seguramente son el tecnicismo y la jerigonza. El tema merecería
mayor espacio; dejemos sentado por ahora que “lo social” es lo económico, lo
político, lo jurídico, lo militar, lo cultural. Es decir: lo social es todo,
todo es social. Esta definición sacada de internet ―y díganme si esta red no es
una red social― dice lo siguiente sobre la palabra social:
Del latín sociālis,
social es aquello perteneciente o relativo a la sociedad. Recordemos que se
entiende por sociedad al conjunto de individuos que comparten una misma cultura
y que interactúan entre sí para conformar una comunidad.
En este sentido, lo
social puede otorgar un sentido de pertenencia ya que implica algo que se
comparte a nivel comunitario. Por ejemplo, la noción de convivencia social se
refiere al modo de convivir que tienen los integrantes de una sociedad.
Ahora bien, con su afirmación, Pablo Pérez está reconociendo
que durante toda la historia venezolana anterior a Chávez, “lo social” fue
criminalmente ignorado e invisibilizado y que durante la Cuarta República lo
económico, lo cultural, lo militar y lo político se entendieron como separados
del pueblo, de los sectores mayoritarios del país. Que pasmoso resulta cobrar
conciencia de la profunda huella que han dejado la fragmentación del
conocimiento y los esquemas tecnocráticos en la comprensión de la sociedad.
Pero lo más interesante de ese discurso no es eso.
Enmarcando la afirmación dentro del discurso general
opositor, el reconocimiento de que “lo social” se comenzó a tocar a raíz de la
presidencia de Chávez, de un lado expresa una realidad: cualquier gobierno que
venga después del de Chávez no podrá olvidarse de “lo social”, entre otras
cosas porque “lo social” despertó y “lo social” somos millones de seres sensibles
y pensantes. Más aún, cuando mucha gente de clase media, media-baja, media-media
y media-alta, comenzó a reconocerse como parte de “lo social”. De otro lado, y
esto sería el elemento más sutil del discurso, la oposición pretende sugerir
que esta visibilización fue la “misión cumplida” de un gobierno y de una figura
que estaría de salida.
En caso de que quiera dejar un comentario, por favor que sea
sobre “lo social”. De no ser así le pedimos que se abstenga.
@maurogonzag
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