Palabras clave: Batalla de ideas, política, crítica, transformación, diálogo, innovación, cambio de época, amplitud, bloque histórico, lectura, análisis, verdad, belleza, sueños, liberación.

viernes, 23 de septiembre de 2016

Extraterrestres entre nosotros: ¿Si siempre han estado aquí, por qué no se terminan de mostrar públicamente?

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Esta es la pregunta que con todo derecho se ha hecho mucha gente cuando se encuentra frente a alguien que le asegura haber sido contactado y abducido por seres de otras galaxias. Si estoy entrevistando a alguien que me está contando con todo detalle sobre su aspecto físico, su comportamiento, su avanzada tecnología, la sensación que produce su presencia; cómo son los artefactos en los que viajan y hasta los mensajes que quieren divulgar, bien podría inquirir a mi entrevistado y decirle:

Ok, amiga (o), te creo todo lo que dices, pero si es verdad que ellos siempre han estado entre nosotros, contactando gente y preocupándose por nuestra evolución, ¿por qué no se muestran a plena luz del día, abiertamente frente a toda la humanidad?

Estamos en la llamada era de Acuario, en el tiempo de la expansión acelerada de la consciencia. Desde el discurso político se ha dicho que esta no es una época de cambios sino un verdadero cambio de época. Digamos que esto sugiere, entre otras cosas, que la era de la información y el conocimiento, el mayor acceso a la información y su viralidad en la red, han estado empoderando a la gente de una manera que no tiene parangón en la historia. En este contexto, no es lo mismo pensar en los contactados del mundo de los años sesenta y setenta, haciendo esfuerzos por encontrarse y dar a conocer sus experiencias con los recursos mediáticos limitados de la época y en medio del escepticismo general, que hacerlo en nuestro actual contexto interconectado.

Este aspecto, por sí solo nos puede sugerir de antemano una respuesta a la pregunta del encabezado, al tiempo que nos indicaría que los contactos podrían incrementarse hasta un inminente encuentro cercano de carácter público y notorio. Es decir, como veremos, todo parece girar en torno a la elemental preparación que deben tener las multitudes frente a un evento de esta naturaleza y las consecuencias que pueda traer una revelación tipo: ¡Hola, querida humanidad, yo soy Alaniso, vengo de una galaxia muy lejana, siempre hemos estado aquí y los queremos mucho porque nosotros somos sus creadores! Imaginemos por un instante lo que pasaría con la economía; lo que esto provocaría entre los fieles de las distintas religiones, pero también en sus cúpulas.

Dos de los más famosos y respetados contactados y divulgadores del tema extraterrestre en América Latina y el mundo, el peruano Ricardo González y el costarricense Enrique Castillo Rincón (Q. P. D. 2013) ofrecieron sus puntos de vista frente a la pregunta que siempre surge en medio de lo alucinante que puede parecer el discurso de un contactado. Fue a finales de los años noventa cuando Enrique Castillo, en un programa conducido por el psicólogo Vladimir Gessen en Televen (Venezuela), ofreció su visión ante la pregunta de uno de los miembros del panel. Este era el Dr. Ulises Barrios, psicólogo clínico, quien recordó que el gobierno norteamericano había gastado miles de millones de dólares en el Proyecto Seti, Payoneer I y Payoneer II en busca de contacto y comunicación con inteligencias extraterrestres. Seguidamente, lanzó la pregunta: si realmente están aquí, y existen naves aquí y extraterrestres vivos y hasta cadáveres, ¿por qué se sigue gastando tanto dinero buscando lo que ya supuestamente tenemos?

Castillo citó en su respuesta una fuente “altamente confidencial”, y seguidamente mostró un libro, el “informe Matrix”, que recoge 50 años de investigación Ovni, oficial, militar y privada, que demuestra que Estados Unidos hizo un pacto secreto con los seres extraterrestres en 1963. El acuerdo consistió en que los alienígenas le aportarían tecnología de punta a la élite militar estadounidense, y a cambio estos permitirían a los extraterrestres utilizar libremente el territorio para realizar abducciones que tendrían como fin la realización de pruebas genéticas.

El contactado, quien sería abordado por primera vez por uno de estos seres (el suizo) en un cine del centro de Caracas en 1969, explica que esta particular raza (la que hizo el pacto con EE.UU.) viene de Rigel, estrella localizada en la constelación de Orión. Estos “rigelianos” serían una especie de raza en decadencia, en extinción. Como no tienen órganos de reproducción como nosotros, nos estarían utilizando para mantener sus posibilidades de reproducción. Después de establecer el pacto, las autoridades norteamericanas concibieron toda una política de encubrimiento, y la mejor forma que encontraron para ocultar este contacto fue desviar recursos para utilizarlos en este tipo de proyectos como el “Seti”, que serían meras fachadas para despistar a la opinión pública.

Pensémoslo por un momento. Era la época de la guerra fría, de la carrera tecnológica-armamentista. Si una superpotencia establece contacto con una raza extraterrestre que le suministra tecnología avanzada orientada a alcanzar la supremacía militar, una colaboración que debe mantenerse en el más estricto secreto, los gobernantes y sus instituciones y medios de comunicación declararán públicamente que les interesa el tema Ovni, que creen que no están solos en el universo y que están invirtiendo importantes cantidades en investigadores, científicos y tecnología de punta para lograr un día un excitante encuentro de civilizaciones.

Pero este contacto ya se ha dado, aunque no ha sido el único ni esa raza es la única dentro de este crisol cósmico de seres galácticos. El hecho es que, después de meditar mucho sobre por qué estos seres no han aterrizado en la Casa Blanca o en la Plaza Roja, Enrique Castillo concluyó que estos seres contactan a gente como él (y no a un líder político de una potencia mundial) porque son “sumamente inteligentes” y porque esta serie de avistamientos y contactados alrededor del mundo obedece a un plan superior. Sin embargo, Castillo dice que su comprensión no llega a tanto y que alberga aún muchas dudas a pesar de haber recibido alrededor de 100 mensajes contentivos de conocimientos científicos, tecnológicos, humanísticos, espirituales y esotéricos.

Ahora, si consideramos lo del pacto con los estadounidenses, y por esta vía un posible pacto con los rusos y antes con los nazis, quedaría claro también que no aterrizan en la Casa Blanca porque, antes bien, han aterrizado en el Pentágono o en algún lugar del desierto de Nevada o de Siberia. Y si ha ocurrido esto, su alta inteligencia debe haberlos advertido de las consecuencias políticas y sociales que tendría develar públicamente un encuentro de este tipo. Y es que, ¿podríamos imaginar a Obama, −quien ha hablado desde la tribuna de la ONU de la excepcionalidad de EE.UU. en el mundo y más recientemente que su país es “compañero de trabajo de Dios”−, reconociendo que toda su alta tecnología (símbolo de su “superioridad”) fue transferida por unos enanos cabezones de otros mundos?

Por su parte, el contactado Ricardo González, durante una entrevista en el programa televisivo Hola Chile, ofrece su visión sobre el tema. Ante la pregunta de uno de los miembros del panel, quién inquirió a González quiénes eran estos seres, de donde venían y qué querían, el investigador hizo un repaso de su trayectoria y afirmó estar convencido de dos cosas principales:

1- No son humanos y vienen desde hace mucho tiempo al planeta.

2- No vienen con malas intenciones porque si no, desde hace tiempo nos hubieran hecho daño.

De estas reflexiones, González deduce la razón por la que no se han mostrado abiertamente a la humanidad. De acuerdo al investigador, los alienígenas siguen una especie de protocolo de acción. Esta discreción viene dada por una ética y una moral particular que les impediría mostrarse abiertamente, una discreción que formaría parte de unas normas estrictas íntimamente relacionadas con una espera. De tal manera, ellos no se muestran abiertamente porque están esperando una expansión de consciencia, un salto importante en nuestra comprensión de las cosas que nos permita integrarnos a la comunidad cósmica existente. Está claro: dentro de la comunidad galáctica, nosotros somos una especie de niños cósmicos que no estamos preparados para que nos digan que Santa Claus no existe; pero el tiempo para esa revelación parece estarse acercando.

Resulta evidente que el “plan superior” del que habla Castillo es el “protocolo de acción” del que habla González. Las líneas argumentales también coinciden en que estamos en una “espera”, en cuyo espacio debemos prepararnos física y espiritualmente para el momento de la “revelación”. Otros contactados, como mi amiga Alicia, opinan que si estos no se han descubierto en toda su plenitud y magnificencia es porque le gente entraría en pánico, estado emocional que podría generar pensamientos alocados (como que llegó el Armagedón que esperan algunas religiones) o que vienen a atacarnos (como hemos visto en variedad de películas, incluyendo la venidera La llegada). Esta sería la razón por la que contactan a individuos de forma aislada, a los cuales les suelen dejar mensajes trascendentes que se han ido difundiendo. Lo que está pasando ahorita, el incremento de contactados y avistamientos, se explica porque la gente estaría más receptiva; van aceptando la idea de que no estamos solos en el vasto universo.

Finalmente, mi opinión personal sobre la discreción de nuestros amigos cósmicos, dejando sentado mi acuerdo con los contactados arriba mencionados. En primer lugar, si nuestra limitada comprensión nos permite entender algo de las consecuencias que tendría la revelación pública de la vida extraterrestre entre nosotros, estas inteligencias superiores las comprenden perfectamente en toda su extensión y con todas sus implicaciones. Estas consecuencias, agreguemos, podrían ser caóticas en el contexto de un mundo regido aún en gran medida por el materialismo científico alejado de la espiritualidad; aunque, paradójicamente, al final todo resultaría científicamente explicable, toda vez que estamos hablando de los misterios y posibilidades de la ingeniería genética, lo cual sugiere un origen humano distinto del “creacionismo” que nos habla del “soplo” o “el barro”, y del evolucionismo darwinista, que todavía hoy anda en busca del mentado “eslabón perdido”.

La idea de que la humanidad no está preparada aún como colectivo-raza para abrirse a esta realidad, y que esta es la causa por la que los alienígenas han estado contactando a personas seleccionadas –por razones que los mismos contactados no comprenden muy bien−, tiene mucha lógica. Esto nos conduce a pensar que el incremento de los contactos en los últimos años apunta hacia un objetivo no muy diferente del apostolado. Se trataría de difundir un mensaje, confiando en la capacidad creciente de la humanidad para separar el grano de la paja, profundizar en el conocimiento de sí mismo, de su poder, y de las “otras realidades” que siempre han coexistido con ella. En fin, en eso estamos, preparándonos para un evento que, este sí, no está fácil de imaginar.

Amaury González V.

miércoles, 14 de septiembre de 2016

Extraterrestres entre nosotros: preparando a los pueblos y a la opinión pública mundial

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Nuestro planeta es un pequeño globo flotando en el vasto universo. Esta reflexión, por sí sola nos mueve a preguntarnos: ¿habrá otras civilizaciones en ese vasto universo? Se trata de un caso similar al de un explorador que entra a un desierto inhóspito nunca antes recorrido y se pregunta: ¿habrá vida en esta tierra solitaria y baldía? También, podemos hacernos esta pregunta sin titubear: ¿así como nosotros, como civilización, somos más inteligentes que un perro o una guacharaca, habrá otras civilizaciones más inteligentes que nosotros? ¿Qué es más grande, el desierto inhóspito o el infinito universo?

Talvez haga falta tener una mente cósmica o ser alguien inquieto y curioso, abierto siempre a los nuevos conocimientos; puede que sea necesario cierto desarrollo de la intuición o “sexto sentido”, y es casi seguro que haber llegado a la comprensión de que en este mundo nada es casualidad, constituye un requisito. El hecho es que el tema sobre nuestros “hermanos mayores”, también llamados “antiguos astronautas” y más comúnmente extraterrestres o alienígenas, en esta era que comienza (estamos en el 2016) está cobrando una relevancia bastante interesante. Y es que, ¿Es tan difícil imaginar que existen seres y razas en otros planetas, en otras galaxias?

Como suele ocurrir con los temas que han sido tachados históricamente como “ciencia ficción” o “teorías conspiranoicas” por el escepticismo al uso que reacciona desde los altares de la ciencia, la iglesia o el sentido común –como ya se sabe el menos común de todos los sentidos−, el tema UFO ha sido siempre relegado al terreno de la “pseudociencia” o de la mera imaginación exaltada de un grupo de cabecitas inquietas de gente compleja y soltera que no tiene cosas más importantes de que ocuparse. Pero así como ocurre con los que dicen “no creo en brujas, pero de que vuelan, vuelan”, mucha gente se ha dado cuenta de esta realidad interestelar, aunque hayan preferido siempre mantenerse a una sana distancia para no aumentar con eso las angustias propias de la vida cotidiana en la Matrix.

En el caso de quien escribe, el asunto siempre me había interesado aunque nunca le había puesto mayor atención. De hecho, en mi libro Crónicas de la Ciudad del Bajo narro un episodio onírico de la infancia que, solo ahora, después de conocer el trabajo de gente como David Parcerisa, Sol Ahimsa, Anton Parks o Steve Losce, estoy considerando que fue una verdadera abducción (término que no conocía hasta hace poco). Y como los testimonios y evidencias, la información, se ha viralizado como nunca antes gracias a la red, algunos medios parecen estar preparando a la opinión pública para que se vaya familiarizando con el tema. Es cierto que Russia Today ha dedicado siempre espacios para publicar noticias de este tipo, por lo general de carácter especulativo, muchas de las cuales incluyen videos captados por gente de todo el mundo. Sin embargo, escribo estas líneas porque, como nada es casualidad y como supongo le ha ocurrido a mucha gente, el día que me convencía de esta realidad, enfocándome en ella, noté que la web de RT comenzó septiembre más ufológica de lo acostumbrado.

Interesado como estoy en este campo por razones que iré explicando en otros artículos, y después de constatar que en mi país hay gente dedicada también al tema −incluso personas que organizan avistamientos colectivos en una zona montañosa de Caracas−, el pasado fin de semana entré en la librería de un centro comercial aledaño a mi zona de residencia para ver si encontraba algo sobre anunnakis reptilianos o similares. Era domingo y me gustó la idea de encontrar el lugar abierto tan temprano, considerando el día. Suelo entrar ahí para ver la variedad de títulos y porque el lugar parece una vieja biblioteca familiar. En fin, se trata de un lugar agradable y acogedor donde siempre hay unos señores mayores atendiendo; pero esta vez había una señora que no había visto antes. Cuando le pregunté si tenían algún libro de Parcerisa me contestó con un no indiferente, casi sin pensar. Cuando le dije que se trataba sobre serias teorías de la conspiración, me dijo que la única conspiración que había era la que tenía el Gobierno con la economía. Parecía estar de mal humor. Un proveedor acababa de salir después de murmurar sobre los precios y las dificultades del mercado.

Intercambié algunas palabras con la señora, y alcancé a decirle que la crisis económica también estaba tocando al llamado viejo continente y que no era solo Venezuela. Volviendo al tema de los libros, quise ser más preciso. Cuando le dije que se trataba del tema extraterrestre y que la ufología podría ser incluso un buen nicho de mercado en el país –hasta una idea le estaba dando−, su expresión fue de completo escepticismo. Ante su silencio me animé y le comenté que había pruebas científicas de que nuestro ADN había sido intervenido por una inteligencia superior alienígena y que eran muchos indicios de indicaban que habíamos sido creados por “ellos”. En ese momento, como si hubiera insultado sus creencias más sagradas, la señora, alzando un poco la voz y con ganas de alterarse, me dijo que el único extraterrestre que había en el país era Maduro. La política había hecho perder toda objetividad a la librera, y en ese momento entendí por qué no estaba vendiendo muchos libros y por qué el tema UFO sigue siendo una especie de extraña miscelánea en el país; y todo a pesar de las variadas experiencias de avistamientos Ovni en el gran Guaraira Repano y muchas otras partes del país, incluyendo el cielo ubicado encima del edificio donde resido (el cuento queda para después).

Russia Today va por el encuentro cercano

Mientras tanto, el pasado dos de septiembre, RT publicó una nota sobre un estudio realizado en la Universidad de Cornell en el que se concluye que algún tipo de alianza alienígena podría estar manteniendo a la tierra aislada. El trabajo realizado por el astrofísico Duncan Forgan, parte del supuesto de que nunca se ha dado el contacto entre nosotros y los seres de otras galaxias. Con todo y que este es un supuesto negado por la casuística mundial sobre la materia, el trabajo teoriza sobre las razones por las cuales no se ha dado el contacto, planteando desde la llamada “hipótesis del zoológico” hasta interesantes planteamientos que suenan a teoría política galáctica (de la que se derivaría la exopolítica) sobre las relaciones de cooperación-conflicto entre las diversas razas alienígenas; complicadas relaciones en las que nosotros quedaríamos en medio.

Seguidamente, el 5 de septiembre, la agencia publicó otra nota sobre el tema que nos ocupa, relacionada con la extraña explosión del cohete Falcon 9 de SpaceX, acaecida el pasado 1°de septiembre en Cabo Cañaveral, Florida. El encabezado sugiere que el cohete de la empresa de Elon Musk habría sido detonado por láseres extraterrestres, ¿Quéee? Efectivamente, y gracias a la atención reticular de muchos internautas, se pudo notar en el video en cámara lenta de la explosión, la presencia de un objeto volador anómalo que sobrevuela la zona instantes antes del momento del lanzamiento. La reseña recoge las opiniones que se vertieron sobre el objeto que voló, de acuerdo a los cálculos, a 5.800 K/H. Tal como decía la gente de veía volar a Superman, algo así ocurrió en este caso: que si era un pájaro, que si era un dron; pero no, se trataba de un súper-ovni. El hecho es que el video muestra lo que muestra, y que el señor Musk ha pedido ayuda a la gente de la Nasa porque, de acuerdo a otra nota que recoge sus declaraciones, todo estaba en orden y el incidente no tuvo que haber ocurrido.

Al día siguiente, RT publicó otra nota con este encabezado: Sin tapujos: Revelamos la verdad sobre las mayores conspiraciones globales de la humanidad, la cual fue presentada como la interfaz de un chat en la que algunos usuarios le hacen preguntas a la agencia sobre algunas conocidas “teorías conspirativas”. El post tiene una breve introducción, en la que estas teorías se califican de “polémicas” y “difíciles de creer”. También, afirma que estas suenan increíbles y que algunas tienen “algo de razón”. En fin, es como si entre las teorías que plantean en el artículo, relacionadas siempre con la manipulación y control de la naturaleza y los seres humanos, estuvieran deslizando una en particular a manera de noticia anticipada; como para que la gente vaya cogiendo dato. Entre estas, está la que afirma que la humanidad es gobernada por una élite de seres reptilianos. Así, el usuario le dice a RT:

Algo que realmente me sorprendió fue un artículo que leí, en el que se afirmaba que los humanos somos gobernados por una “élite reptiliana”…”

La agencia responde:

Esta teoría afirma que muchos gobernantes, entre los que se encuentra la familia real británica, la aristocracia europea y varios líderes a nivel mundial, son en realidad extraterrestres que han adquirido forma humana y ganaron poder político para gobernarnos. Existen cientos de casos de “evidencias” que intentan desenmascarar un proyecto de modificación genética y “pruebas” de seres con aspecto humanoide que dirigen nuestro destino

¿Seres alienígenas, razas extraterrestres que habitan otros planetas y que nos han visitado desde épocas remotas? Nuestra civilización no puede ser tan cosmo-céntrica. Ahora, que una de esas razas alienígenas este gobernando a la humanidad desde siempre, bueno, eso ya admite el debate. ¿Y qué tal si te digo que estos viejos astronautas alienígenas fueron los que nos crearon a nosotros, los seres humanos, y que estos seres son una especie de expertos en ingeniería genética que nos concibieron después de varios intentos y en un contexto de lucha entre las diversas razas de esta especie de bestiario celeste?

Sobre esto habría que decir cantidad de cosas. Se trata de todo un cuerpo de teorías, testimonios, pruebas, abducciones, evidencias históricas de carácter arqueológico, lingüístico y antropológico; de relatos coherentes y bien estructurados, que dan para imaginar y pensar mucho sobre los verdaderos orígenes de la humanidad, que no es precisamente la evolución darwinista. Se trata de un “creacionismo”, pero vaya que creacionismo. Todo este cúmulo de información y conocimientos tiene un origen comprobado y bien definido en las tablillas de la antigua civilización sumeria.

En fin, eso sería materia de otro artículo. Por ahora digamos, en función de lo dicho, que cuando hablamos de seres de otros planetas, de otras galaxias, extraterrestres o humanoides, la cuestión ya no se trata de creer o no creer, sino de estar informado. Reflexión válida, por cierto, para todo tema importante y sensible, y más si pertenece al campo de lo “desconocido”. Un momento ¿campo de lo desconocido? ¿desconocido para quién?

Amaury González V.

domingo, 4 de septiembre de 2016

Gregg Braden y el poder de las emociones sobre nosotros y el mundo +video

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Desde 1887 hasta 1990 toda la ciencia occidental se basa en el principio de que lo que sucede en un lugar no tiene absolutamente ningún efecto en lo que sucede en otra parte, y ahora que sabemos, esto no es absolutamente cierto”. Gregg Braden.

En un contexto en el que el mundo está atravesando una transformación económica, política y geopolítica, pero también desde el punto de vista científico, tecnológico, mental y espiritual, un proceso de cambio en el que la consciencia del ser humano se expande como nunca en su historia moderna de la mano de herramientas como la internet, es importante familiarizar al gran público con investigaciones que desde hace décadas vienen anunciando el cambio paradigmático que actualmente atravesamos.

Si bien las antiguas civilizaciones de la América, así como las de Egipto, China o el Tíbet, siempre estuvieron conscientes de este poder y lograron manejarlo ampliamente, en la época de la modernidad tardía o, dirían algunos, post-moderna o post-capitalista globalizada, este conocimiento milenario parece estarse fundiendo poco a poco -retroalimentándose- con la ciencia y técnica moderna. El físico e ingeniero aeroespacial Greg Braden es un ejemplo cabal de lo anterior, y tiene años recorriendo el mundo dando charlas sobre este poder que muchos han denominado como "visualización creativa”, “el secreto” o “visualización cuántica”.

En el video que veremos más adelante y que explicamos a continuación, Braden discurre sobre los 3 experimentos “que sacuden absolutamente los cimientos de la física occidental”, y que vienen a dar cuenta de los últimos descubrimientos en mecánica cuántica y física de partículas.

Primer experimento

Fue realizado por el científico ruso Vladimir Poponin en la década de 1990, quien llegó por estos años a Estados Unidos a continuar sus investigaciones. Poponin se planteó investigar la relación entre el ADN humano y las partículas elementales de las que está hecho nuestro mundo, los “pequeños paquetes de energía que llamamos fotones”.

El experimento consistió en tomar un tubo de vidrio, sacar todo el aire de ese tubo para crear lo que hoy se denomina el “vacío”, para luego introducir muestras de ADN. Consciente de que este vacío no es absoluto, ya que dentro del tubo hay presencia de estas partículas elementales de luz, Poponin midió las partículas para ver cómo estaban distribuidas. Dice Braden que los resultados de esta primera parte del experimento no fueron sorprendentes, debido a que las partículas estuvieron esparcidas al azar en el espacio, tal como se esperaba.

Seguidamente, en la segunda parte del experimento se colocó algo de ADN humano en el tubo. Ahora, con el ADN dentro del tubo, Poponin procedió a realizar una nueva medición de los fotones, y se encontró con que el ADN provocó que las partículas se alinearan, lo cual demostró que nuestro ADN tiene un “efecto directo sobre la materia que hace a nuestro mundo”.

Este experimento vendría a demostrar lo que la sabiduría ancestral y sus tradiciones espirituales han dicho siempre: “que algo dentro de nosotros tiene un efecto sobre el mundo que nos rodea”.

Segundo experimento

Se trató de un experimento militar. Este consistió en tomar muestras de ADN humano (raspaduras del tejido del interior de la boca de un voluntario) y colocarlo en un dispositivo que puede medir sus “efectos” en una habitación de un edificio, mientras el donante del que procedía la muestra permanecía en otra habitación del mismo edificio. Seguidamente, sometieron a los voluntarios a una “estimulación emocional” que generara reacciones emocionales genuinas tales como alegría, tristeza, miedo, ira o rabia, con el objetivo de ver si el ADN podría afectar las emociones del donante.

Tal expectativa, supone de entrada que existe una relación entre el ADN humano, ubicado en un dispositivo en la habitación de un edificio, y su donante, ubicado en otra habitación del mismo edificio, lo que es decir separado por decenas de metros. Pero lo que hallaron estos científicos fue lo contrario. Veamos.

Lo que sucedió, fue que cuando los donantes tenían sus altos y bajos emocionales, en la otra habitación, exactamente al mismo tiempo el ADN también tenía sus altos y bajos emocionales. Algo casi "mágico" ¿No?

Tercer experimento

El tercer experimento que da cuenta de la influencia de la energía humana de las emociones en el mundo, se realizó en los años noventa en el instituto HeartMath. Esta institución pionera se propuso demostrar que el corazón humano era mucho más que una bomba que hace circular la sangre por nuestros cuerpos. Se quiso probar que el corazón forma el campo magnético más fuerte de nuestro cuerpo, y “que el campo electromagnético que produce nuestro corazón se extiende mucho más allá de nuestro propio cuerpo.”

Para demostrar esta teoría, se diseñó un experimento similar al anterior. De un lado, se tomaron y aislaron muestras de ADN humano y, de otro, se utilizó un grupo de personas entrenadas especialmente para sentir emociones humanas específicas como ira, rabia y enojo, y también amor, perdón y compasión. Cuando se expuso el ADN a emociones como el amor, el ADN se relajó “de una manera enorme”; al exponerlo a emociones de ira, odio y celos ocurrió lo contrario, encogiéndose notablemente “como un pequeño nudo.”

El poder del ser humano

Para Gregg Braden, al relacionar los resultados de estos tres experimentos, es decir, cuando los dejamos de ver como tres experimentos aislados, nos damos cuenta de la gran historia que se nos está contando. El primero, nos dijo que el ADN de nuestro cuerpo tiene un efecto directo sobre nuestro mundo, sobre las cosas físicas que están a fin de cuentas hechas del mismo “polvo de estrellas” que nosotros; el último experimento demuestra que las emociones humanas tienen la capacidad de cambiar el ADN humano, lo cual tiene un indudable efecto sobre el mundo que nos rodea; y en el experimento del medio, queda patente que ya sea que estemos en el mismo edificio o a mil kilómetros, el efecto es el mismo.

En conclusión, Braden sostiene que no estamos limitados ni por el espacio ni por el tiempo, y que el ser humano alberga un poder que no está regido por las leyes de la física y que es capaz de influir en el mundo. Ahora bien, estas leyes de las que habla Braden son las de la física newtoniana, ya que tales “hazañas humanas” están indudablemente emparentadas con el paradigma de la física cuántica.

Para otra ocasión dejaremos las implicaciones que este conocimiento tiene para la salud de las modernas naciones capitalistas, cuyas poblaciones viven en una permanente alteración emocional producto de la influencia de los grandes medios de comunicación masiva ―entre otros factores―.

Sobre este conocimiento, destaquemos, Braden dice que nos fue legado por varias de las antiguas civilizaciones alrededor del mundo:



Amaury González V.